lunes, 8 de julio de 2013

UN HOMBRE LLORA


 

viernes, 5 de julio de 2013

SIN DUEÑO





                                              EN LA TARDE VERDE I
 

   En la tarde verde;
   a la sombra fresca
   de una vieja parra,
   de una parra vieja;
   descansa el viajante. 

   La apacible brisa;
   brisa de la tarde,
   de la tarde verde,
   de la verde tarde;
   le acaricia el rostro. 

   El rumor de hojas;
   hojas de la parra,
   de la parra vieja
   de la vieja parra;
   le traen la calma. 

   El viajante canta,
   el viajante sueña;
   y al tiempo que canta,
   y al tiempo que sueña,
   desgrana un racimo
   de doradas uvas;
   uvas de la parra,
   de la parra vieja,
   de la vieja parra;
   son uvas rendidas
   que rinden el alma.
 
                 M. Camacho
 

miércoles, 3 de julio de 2013

CON LA LUZ DEL ALMA



 
 

                                      PENAS CON ESPERANZA
 

Aunque te cueste  creerlo,
quiero vivir con mis penas:
penas negras, penas blancas;
penas que hieren, que alivian;
penas que te causan pena
en lo profundo del alma;
penas que arrancan sonrisas
de los campos estelares;
penas que llenan mi vida
de recuerdos imborrables;
recuerdos que me acompañan
y matan mis soledades.
Quiero que no se marchiten;
quiero que nunca se vayan;
quiero que sigan conmigo
de noche, por la mañana,
a todas horas del día,
de días que nunca acaban;
que se queden para siempre
dentro, muy dentro del alma.
Porque si ellas se marchitan;
se marchitan o se marchan,
me quedaría vacío,
con el cuerpo, sin el alma;
porque mis penas, amigo,
son penas con esperanza;
penas que a mi me recuerdan
un amor que nunca acaba;
un amor que crece y crece,
y llena el tronco de ramas;
un amor que se desnuda,
se desnuda de su cuerpo,
y desnudo me acompaña;
para no dejarme solo,
con el cuerpo, sin el alma.
Por eso, amigo, por eso,
aunque te cueste  creerlo,
quiero vivir con mis penas;
porque mis penas, amigo,
son penas con esperanza.
 
 
                             Manuel Camacho

sábado, 29 de junio de 2013

EL PODER DE DIOS





LOS SENDEROS DE LA ETERNIDAD


  Not dead, but gone before[1]



 CAPÍTULO I



 DULCE PARTIDA

Nada hay tan cierto como la muerte, ni tan sublime; ¡bendita muerte, si llega a tiempo y sin violencia! Entonces; ¿por qué le tenemos tanto miedo?; ¿por qué se nos rompe el alma cuando se muere un ser querido? Las respuestas son sencillas: porque le hemos cortado las alas al Amor, y lo hemos convertido en un ave de corral; y porque no escuchamos las voces de los que “se fueron antes”; como las que se recogen en el siguiente poema:


SIN CADENAS

¡Si me quieres, escúchame!
La muerte
no es una despedida,
es un encuentro con la eternidad;
no es el final,
es el comienzo de una nueva vida;
de un sueño mágico.
Aquí no hay guerras ni discordias,
reina una dulce calma, una paz absoluta.
Aquí no hay gritos,
tan sólo se oyen los susurros del amor.
Aquí no hay sombras ni mentiras,
la luz de la verdad
alumbra todos los rincones.
Aquí no hay luna,
todos los cuerpos brillan con luz propia.
Aquí no hay sufrimientos,
todo sucede
con perfección divina;
el único dolor que siento, es tu dolor.

Lo más bello de esta situación,
que todo sigue igual;
que entre nosotros, nada
importante ha cambiado.
Yo sigo siendo yo, tú sigues siendo tú;
lo que éramos el uno para el otro,
seguimos siéndolo.
Sólo que, me he hecho invisible
a los ojos del mundo;
porque me he desprendido
del traje que refleja
la luz de los sentidos.
Pero tú puedes verme,
y oírme, y abrazarme…:
porque estoy dentro de tu corazón;
porque nos amamos,
y para el amor nada es imposible.
Cierra los ojos, y verás mi rostro;
abre bien los oídos, y oirás mi sonrisa.
Ríe conmigo,
como antes te reías;
háblame,
como siempre me hablaste;
abrázame,
con tu tierna mirada,
como solías abrazarme.
Quiero escuchar la música
de tus alegres risas;
quiero oír el mensaje
de tus dulces palabras;
y sentir el calor
de tus tiernos abrazos.
Quiero lo que he querido siempre;
¡que seas muy feliz!

Lo ves, todo está bien;
y sigue igual que antes;
entre nosotros, nada
importante ha cambiado.
La muerte no es un ser extraño;
es un amigo fiel que nos libera
de la horrenda cadena
de la decrepitud.

Todos tenemos que morir.
Nada hay tan cierto
ni tan sublime;
¡bendita muerte
si llega a tiempo
y sin violencia!
Por ello, mi alma grita
en profundo silencio:
¡Si de veras me quieres;
enjuga tus lágrimas, y sonríe!



CAPÍTULO II


CUANDO EL RELOJ ADELANTA


El mundo es una lágrima de amor.

 

En algunos casos, no se pueden enjugar las lágrimas; y, mucho menos, sonreír; son aquellos en los que la muerte adelanta su reloj, cuando se lleva a una criatura joven. En estos casos, la muerte no es sublime y las respuestas no convencen; el único remedio es aceptar lo irremediable; y, a ello, puede ayudarnos pensar que “no estamos solos” y, tal vez, reflexionar sobre la siguiente fábula y poemas:



FÁBULA DE EUSEBIO Y ALBA

Hace mucho tiempo llegó a nuestra tierra, procedente del lejano oriente, una mujer y sus dos hijos, Eusebio y Alba, de corta edad. Al poco de llegar, la mujer cayó enferma; y los dos niños cuidaban de ella con mucho cariño y trabajaban duramente para ganarse el sustento. La madre, enternecida por el comportamiento tan extraordinario de piedad y amor de sus hijos, le pidió al cielo que concediese a aquellos lo que más les conviniese; y apenas pronunció sus votos cuando los dos hermanos cayeron en un profundo sueño del que nunca despertaron.

Debe entenderse la fábula que “nada hay más conveniente, para la persona virtuosa, que el no vivir expuesto a las maldades del mundo”. Ella, la madre, no lograba entenderlo, y jamás dejó de llorar; las lágrimas inundaron los campos de sus sonrisas, pero no apagaron el brillo de sus ojos.

 
PROLOQUIO DE LA ROSA

El Señor corta
las más hermosas rosas
del jardín de la vida
para adornar el cielo.


RECUERDOS

Se apagó el sol
que alumbraba mi vida,
y me envolvió la noche;
entonces, miré al cielo;
y lo hallé abarrotado
de encendidas estrellas.


ALMA ROTA

Su temprana partida,
el profundo vacío que dejó,
me rompió el alma en mil pedazos;
mas, vinieron sus vivos
y adorables recuerdos;
y, trocito a trocito,
los han ido pegando...


AUNQUE REVIENTEN MIS VENAS

… Señor, si Tú lo has querido,
bendita sea mi pena;
aunque no pueda entenderlo;
aunque revienten mis venas.


CAPÍTULO III

FINAL DEL TRAYECTO, EL REENCUENTRO

No, “no es que hayan muerto, se fueron antes”; tomaron uno de los trenes anteriores; y aguardan tranquilos a que llegue el nuestro. Ellos saldrán a recibirnos e iluminarán cada rincón oscuro y tenebroso del valle de las sombras para que podamos atravesarlo sin sobresaltos: serán nuestros guías; no caminaremos solos por los senderos de la eternidad.

 
MANUEL CAMACHO


[1] “No es que hayan muerto, se fueron antes”; dice el bello proloquio inglés.

martes, 18 de junio de 2013

AMISTAD

Procura que tu vida, enriquecida con el fruto de la amistad que vayas sembrando, esté siempre repleta de ese sentido divino que Dios le ha dado.
 
 

 

lunes, 17 de junio de 2013

EL VALOR DE LAS PALABRAS

Las palabras poseen el valor
de aquel que las pronuncia o las escribe;
y éste, el de su honradez.
 
 

domingo, 16 de junio de 2013

CUANDO MUEREN LOS SUEÑOS

Los sueños de los sueños no son sueños; son borradores de poemas que no se recitan.

 
 

FÉNIX


Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un mundo habitado por cobardes,
donde el aire huele a miedo.

Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un campo sembrado de despojos,
donde los buitres tienen su morada.

Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un vientre poblado de almas muertas,
donde los zombis sueñan con ser hombres.

Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un cuerpo sin alma:
que ha cosido sus ojos
para no ver las injusticias;
que ha taponado sus oídos
para no oír la voz de su conciencia;
que ha fijado una pinza en su nariz
para no oler sus miedos;
que ha grapado su boca
para no despertar a las rapiñas;
que ha amarrado sus manos
para no asir la espada.

Quiero acabar con este sufrimiento:
romper este proyecto de persona,
y reinventar un hombre nuevo.

Quiero acabar con esta vida:
salir del ataúd en el que vivo,
incinerar mi cuerpo;
¡y renacer de mis cenizas!

 
                        M. Camacho

MUERTOS DE MIEDO


Roban el alma de los hombres,
y nadie, nadie
persigue a los ladrones;
¿dónde los hombres, dónde?

Chupan la sangre de los hombres,
y nadie, nadie
clava una estaca;
¿dónde los hombres, dónde?

Secuestran los derechos de los hombres,
y nadie, nadie
acude a rescatarlos;
¿dónde los hombres, dónde?

Matan a los amigos de los hombres,
y nadie, nadie
reclama los cadáveres;
¿dónde los hombres, dónde?

¿Dónde los hombres, dónde?;
¿dónde están, dónde?
Muertos, todos los hombres están muertos;
el miedo los mató.

                               M. Camacho

sábado, 15 de junio de 2013

INVERTIR EN FELICIDAD


Hacer lo correcto, es invertir en felicidad: la felicidad no consiste en hacer lo que te gusta; sino en hacer aquello que debes hacer, y conseguir que te guste lo que haces.



 LA DICHA MÁS BUSCADA

 
A todos nos aterra mirar, y no ver nada;
mas pocos son aquellos que emprenden la cruzada
y menos los que lo hacen sin armas, con azadas,
sembrando los caminos de amor y de esperanza.

Allá, en el año diez, la centuria pasada,
nació una criatura de gracia iluminada
que a orillas de caminos alzó dulces moradas
y halló, entre los pobres, la dicha más buscada.
 
Su cuerpo era un sarmiento, su cara mil cañadas;
sus ojos, dos espejos de muy clara mirada;
y su alma, pan bendito que a muchos sustentaba.
Teresa de Calcuta, así fue bautizada.
 
 
                                                    M. Camacho

VUELA, PALOMA, VUELA

Escribe tu vida en verso.


 

viernes, 14 de junio de 2013

FE

Cuando la fe prende en el alma, el corazón arde de alegría.



SIEMBRA DE AMOR


Los misterios son estrellas lejanas de las que aún no nos ha llegado la luz.


SIEMBRA DE AMOR

Tú sabes, Señor, que te busco
a cada momento del día;
Tú sabes, Señor, que te adoro
con todo el amor de mi vida.

Alumbra mi oscuro camino;
tropieza conmigo, Señor.
Tú llenas mi cuerpo de aliento,
y mi alma la siembras de amor.


A veces, te siento muy lejos;
y noto un enorme vacío.
Mi vida sin Ti es un desierto;
en él, yo me encuentro perdido.

Alumbra mi oscuro camino;
tropieza conmigo, Señor.
Tú llenas mi cuerpo de aliento,
y mi alma la siembras de amor.

No dejes que viva perdido;
disipa mis dudas de amor;
alivia el dolor de mi pecho:
atiende mis ruegos, Señor.

Alumbra mi oscuro camino;
tropieza conmigo, Señor.
Tú llenas mi cuerpo de aliento,
y mi alma la siembras de amor.


Anoche, mirando a la luna,
mi cuerpo se lleno de sol;
se fueron volando las dudas:
mi vida de amor se colmó.

Alumbra mi oscuro camino;
tropieza conmigo, Señor.
Tú llenas mi cuerpo de aliento,
y mi alma la siembras de amor.


                           M. Camacho


jueves, 13 de junio de 2013

LIGERO DE PESO

 Viaja ligero de peso para que,
cuando se acabe el camino,
puedas levantar el vuelo.




 

EL DINERO FÁCIL

El dinero fácil es el cebo que más se utiliza para cazar a los hombres.



DE QUÉ ME PUEDO QUEJAR

 
No tengo piedras preciosas
ni perlas que contemplar;
pero tengo las estrellas,
¿de qué me puedo quejar?

No tengo coches de lujo
ni caballos que montar;
pero tengo buenas piernas,
¿de qué me puedo quejar?

No tengo campos inmensos
para poder pasear;
pero tengo lindos parques,
¿de qué me puedo quejar?

No tengo fiel mayordomo
ni mozos para mandar;
pero sí buenos amigos,
¿de qué me puedo quejar?

No bebo Dom perignon
ni puedo comer caviar;
pero me gusta el gazpacho,
¿de qué me puedo quejar?

No tengo barcos privados
ni aviones para volar;
pero tengo hermosos sueños,
¿de qué me puedo quejar?


                        M. Camacho

miércoles, 12 de junio de 2013

CANCIONES PARA UN AMOR DULCE


La amistad es un amor dulce.



MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS

 
¿Quién quiere escribir conmigo
una bonita canción
para cantar en el campo
cuando vaya de excursión?

Debe narrar una historia
que cuente de algún lugar,
más allá de las montañas,
donde reine la amistad.

¿Quién quiere vivir conmigo
una sublime aventura
entre ríos y entre valles;
entre montes y llanuras?

Si las musas no nos soplan,
y la historia no se encuentra,
le pediremos al viento
que nos susurre la letra.

¿Quién quiere cantar conmigo
canciones sobre el amor
para derretir el hielo
que congela el corazón?

                  M. Camacho

CANTO DE DULCE AMOR

Las palabras de amor no tienen que llevarse los labios que les dan alas; sólo deben volar hasta el corazón del ser amado, y anidar en sus ramas.
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

martes, 11 de junio de 2013

MORIR POR LA VERDAD

Hay épocas en las que el precio de la libertad sube hasta el heroísmo.


EL PESO DE LA ESCLAVITUD

Si en algún momento tienes que elegir entre la esclavitud o la muerte, elige lo segundo: una vida sin libertad es una eterna agonía.
 
 

EL ÁRBOL DE LA LIBERTAD

 Hablamos mucho de libertad, pero no hacemos nada por conseguirla; esperamos, sin esperanza, que un extraño nos abra la puerta de nuestra prisión; y eso no es posible porque la puerta de la libertad tan sólo se abre desde dentro.
 
 
EL ÁRBOL DE LA LIBERTAD

 
                                     La libertad es un árbol
                                    que crece en el campo de batalla.
                                    La paz es la flor del árbol de la libertad.
    

 
Árbol hermoso, árbol de la vida;
que crece exuberante, refulgente,
en el campo glorioso de batalla,
regado con la sangre de su amante
en lucha desigual; la gente huye,
se esconde, tiene miedo, son cobardes;
sólo él recoge el guante, sólo él lucha.
Sabe que va a morir en el combate,
en el campo del miedo, del silencio,
sin que nadie reclame su cadáver;
que será devorado por los cuervos,
en macabro festín de regocijo,
sin que nadie se atreva a espantarlos;
que su árbol vivirá en cautividad,
custodiado por fieles cancerberos,
sin que haya quien acuda a rescatarlo.
Sabe que su alma libre, sin cadenas,
volará, victoriosa, hasta la gloria,
sin que nadie se asombre de su hazaña.

 
Árbol hermoso, árbol de la vida;
que crece  complaciente, osado,
en la colina de la fantasía;
dibujado en la mente de unos hombres
que prefiere dormir a despertar de un sueño;
de un sueño que se adentra en el vacío.


                                       M. Camacho