La
infelicidad es el dolor
de la
pobreza; y la pobreza,
una carencia
de amor.
Ama, ¡por
favor,
ama!..; para
no ser pobre,
para ser
feliz.
HOY SÉ que hay tres tipos de pobreza: la pobreza que
sana, pobreza como fruto del amor y la generosidad (desprendimiento de lo
superfluo -considerando como superfluo todo aquello que no sea necesario, y
procurando que las necesidades sean las menos posibles-, desapego de lo
material, solidaridad...); la pobreza que duele, pobreza debida a la falta –por
hurto- de lo justo y necesario para una vida digna (lo estrujan y se
beben su jugo); y la pobreza que mata, pobreza como consecuencia de la carencia
de virtudes (vagancia, avaricia, derroche, vicio, apego a lo material...).
HOY SÉ que la pobreza que sana da esplendor
a la vida.
HOY SÉ que la pobreza que duele bastardea la
vida.
HOY SÉ que la
pobreza que mata ensombrece la vida.
HOY SÉ que los
que abrazan la pobreza, de manera que nada los ate a lo material, obtienen un
inmenso tesoro.
HOY SÉ que ser
pobre es no tener nada que ofrecer.
HOY SÉ que
nadie es tan pobre que no tenga nada que ofrecer; ni tan rico que no necesite
nada.
HOY SÉ que la
fortuna no se valora por lo que tienes, sino por lo que das: cuanto más avaro,
más pobre; cuanto más generoso, más rico.
HOY SÉ que
donde todo se valora por el dinero, sólo hay pobreza (pobreza que mata).
HOY SÉ que no existe
pobreza mayor que la de aquel que muere enterrado en dinero.
HOY SÉ que los
derrochadores son insolidarios con los pobres.
HOY SÉ que los
que permanecen indiferentes ante una flor no tienen alma; los que permanecen
indiferentes ante la pobreza no tienen corazón.
HOY SÉ
que debo pedirle al Señor que no permita
que mi libertad se apoye en la esclavitud de ningún otro ser; ni mi riqueza, en
su pobreza.
HOY SÉ que la
riqueza es jugo de pobreza.
HOY SÉ que la riqueza es a la pobreza como el vino a
la uva.
HOY SÉ que sin
pobres no hay ricos.
HOY SÉ que
unos pocos provocan la pobreza de muchos para vivir ricamente.
HOY SÉ que la
riqueza es el oro de la mina de la pobreza.
HOY SÉ que
contra el oro del maldito, debo levanta mi pobreza: “La
pobreza y la honradez te harán invencible”.
HOY SÉ que si
la felicidad se pudiera comprar, todos los pobres se morirían de pena.
HOY SÉ que una
de las maravillas del mundo, la más grande, es la posibilidad que tienen todas
las criaturas que lo habitan de ser felices: la felicidad está al alcance de
todos, y se puede encontrar en la riqueza y en la pobreza; en la salud y en la
enfermedad; en la suerte y en la desgracia; depende únicamente de aquel que la
busca.
HOY SÉ que la
pobreza la padece quien la siente.
HOY SÉ que la
mayor pobreza es la carencia de amor.
HOY SÉ que
todos se lamenta de su pobreza, nadie de su riqueza: ¡pobre lamento!
HOY SÉ que no
debemos lamentarnos sin necesidad: las lamentaciones son signos de pobreza
espiritual que predisponen a una baja consideración.
HOY SÉ que no
se debe tener un sentido pobre de las cosas; procura ver, en todas ellas, su
máxima significación.
M. Camacho