Con amor eterno.
SOFÍA (FUENTE DE SABIDURÍA)
A Sofía, de sus abuelos
Aurelia y Manuel;
con todo nuestro amor.
Querida Sofía:
vuela el tiempo
con alas de mariposa;
y desde el jardín dorado
de las siete primaveras
que cumples en este día,
veintitrés de junio
de dos mil veintiuno,
llegan tus dulces aromas
(aromas a hierbabuena
que me regalan el alma
y me colman de alegría).
Sé feliz en este día,
día de tu cumpleaños,
y todos los días
de todos los años
de una larga vida.
Que nada te inquiete;
que nada te turbe;
que nada te aparte
del rumbo correcto,
el rumbo que siguen
los hijos de Dios:
que es rumbo de luz,
que es rumbo de amor.
Vuela, mi amor, vuela alto;
nunca dejes de volar:
aunque los humos te cieguen,
aunque el cielo esté nublado,
aunque la lluvia te moje,
aunque el viento sople fuerte,
aunque las alas te duelan,
aunque te fallen las fuerzas...;
los campeones son personas normales
que no tiran la toalla.
Piensa que nunca sola estarás;
que aunque verme no me veas,
siempre a tu lado estaré;
para recordarte mis consejos,
los consejos del abuelo,
y protegerte del mal.
Vuela, mi amor, vuela alto;
sé muy feliz en el vuelo;
nunca dejes de volar...
EPÍLOGO (LOS CONSEJOS DEL ABUELO)
Ø Las nubes ocultan el sol para todos aquellos que no vuelan alto.
Ø Si deseas ser feliz, has de ser buena persona: Las buenas personas no nacen, se hacen haciendo labores buenas.
Ø Cuando la bondad acaricia el alma, se libera el genio de la sabiduría.
Ø Todos los seres buenos son portadores de algún mensaje divino, ¡escúchalos!: escuchar con cariño es amar con el oído.
Ø Llena tu mente de buenos pensamientos si quieres que tus manos se llenen de buenas obras.
Ø Estamos en el mundo para ser felices; Dios nos juzgará por los momentos de felicidad perdidos: aquellos que pudimos ser felices y no lo fuimos.
Ø Hacer lo correcto, es invertir en felicidad: la felicidad no consiste en hacer lo que te gusta; sino en hacer aquello que debes hacer, y conseguir que te guste lo que haces.
Ø La virtud es una conquista; el vicio, una rendición.
Ø Las personas virtuosas no se lamentan de las adversidades; intentan sacar, de todas ellas, una enseñanza.
Ø Los defectos se convierten en grandes virtudes cuando luchamos por corregirlos.
Ø Quien no se perdona, muere en pecado.
Ø La vida es un encuentro con el amor: vivimos como amamos. Ama con los cinco sentidos.
MANUEL CAMACHO