SÓLO TÚ TE LAS PUEDES REGALAR (I)
Quieres que te regale
una rama de roble[1],
y yo no puedo complacerte;
quieres que te regale
un capullo reseco
de la flor del clavero[2],
y yo no puedo complacerte;
quieres que te regale
una uña de caballo[3],
y yo no puedo complacerte;
quieres que te regale
rosas de Alejandría[4],
y yo no puedo complacerte;
quieres que te regale
un ramo de claveles rojos[5],
y yo no puedo complacerte;
quieres que te regale
un tallo de artemisa[6],
y yo no puedo complacerte…
No, yo no puedo complacerte:
“Las flores más hermosas de tu vida
brotan en tu jardín,
sólo tú te las puedes regalar”.
MANUEL CAMACHO