domingo, 16 de junio de 2013

CUANDO MUEREN LOS SUEÑOS

Los sueños de los sueños no son sueños; son borradores de poemas que no se recitan.

 
 

FÉNIX


Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un mundo habitado por cobardes,
donde el aire huele a miedo.

Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un campo sembrado de despojos,
donde los buitres tienen su morada.

Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un vientre poblado de almas muertas,
donde los zombis sueñan con ser hombres.

Me atormenta la vida;
me consume vivir
en un cuerpo sin alma:
que ha cosido sus ojos
para no ver las injusticias;
que ha taponado sus oídos
para no oír la voz de su conciencia;
que ha fijado una pinza en su nariz
para no oler sus miedos;
que ha grapado su boca
para no despertar a las rapiñas;
que ha amarrado sus manos
para no asir la espada.

Quiero acabar con este sufrimiento:
romper este proyecto de persona,
y reinventar un hombre nuevo.

Quiero acabar con esta vida:
salir del ataúd en el que vivo,
incinerar mi cuerpo;
¡y renacer de mis cenizas!

 
                        M. Camacho

MUERTOS DE MIEDO


Roban el alma de los hombres,
y nadie, nadie
persigue a los ladrones;
¿dónde los hombres, dónde?

Chupan la sangre de los hombres,
y nadie, nadie
clava una estaca;
¿dónde los hombres, dónde?

Secuestran los derechos de los hombres,
y nadie, nadie
acude a rescatarlos;
¿dónde los hombres, dónde?

Matan a los amigos de los hombres,
y nadie, nadie
reclama los cadáveres;
¿dónde los hombres, dónde?

¿Dónde los hombres, dónde?;
¿dónde están, dónde?
Muertos, todos los hombres están muertos;
el miedo los mató.

                               M. Camacho