Si no se extingue, de una vez y para siempre; el fuego provocado por la alta traición de los malditos tiesteros (separatistas) arrasará las abundantes cosechas sembradas con el alma y las manos por nuestros ancestros, y regadas con su sangre, sudor y lágrimas; dejando tras sí un rastro de pobreza, hambre, destrucción y muerte. De esta alta traición, no se libran aquellos que echan o echaron leña al fuego ni los que debiendo evitarlo no lo hacen. Si los malditos tiesteros consiguen su objetivo; la pobreza, el hambre, la destrucción y la muerte serán nuestra penitencia...