martes, 1 de febrero de 2022

CRIMEN PERFECTO

 ¡Vive, y deja vivir..!

 

 


  

Cuando veo la injusta,

cobarde y despiadada

persecución

que sufren las personas

que, con respeto a los demás

y en uso de su libertad

y entendimiento,

toman la decisión valiente

de no ponerse la vacuna;

razones, no les faltan:

oscuro origen de la causa,

sin un vivo interés por encontrarla;

la criminal gestión de la pandemia,

con tremebundas consecuencias

(infinidad de muertes,

mortal pobreza...);

violación de derechos

fundamentales,

sin fundamento

(cada día, más restricciones;

cada vez, más contagios...);

el aprovechamiento

vil de la situación, por parte de

unos miserables políticos

que no respetan a su pueblo

y ven en la pandemia

la posibilidad de conseguir,

mediante la manipulación

y la inoculación del miedo,

un poder absoluto

que le permita decidir

sobre la vida de la gente,

¡sentirse dioses!;

oportunismo de laboratorios

que, en vez de aunar esfuerzos

en la consecución de un eficaz remedio,

emprenden, cada uno por su lado,

una feroz carrera

con el fin primordial

de llegar el primero

a ese ingente mercado

de gente temblorosa

que espera la atijara

para comprarla a cualquier precio;

fundadas dudas sobre

una macabra finalidad;

y la clara evidencia

de la poca eficacia

que tiene la vacuna

(los vacunados se contagian

y siguen padeciendo

el efecto de los contagio),

junto con la gran inquietud

por sus efectos derivados

(algunos, conocidos,

celosamente custodiados;

otros, preocupantes, ignorados)...

 

Por todo ello,

y mucho más, y mucho más...;

cuando lo veo, cuando yo lo veo,

no puedo apartar de mi mente

la imagen del crimen perfecto

en organizaciones criminales:

un crimen sin testigos;

eliminando a todos los presentes

o convirtiendo a éstos

en colaboradores necesarios

para la ejecución del crimen.

 

La maldad y vileza

de la actitud de aquellos,

los de la criminal gestión;

sólo son superadas

por la cobardía de éstos,

los colaboradores necesarios:

¡que Dios se lo demande..!

 

M. CAMACHO