Queridos amigos: “La vida es un dulce tormento”. Para poder libar el néctar de la flor de la vida; debemos escalar la escarpada montaña de los prodigios, donde brota la edelweiss. Ayudarte a conseguirlo, abriendo veredas (veredas de palabras) por las que poder ascender, es uno de los objetivos de este “blog”; en el que hoy, con el poema Atardecer, cierro un segundo ciclo en entradas y abro un nuevo tiempo para la reflexión.
Un abrazo muy fuerte,
Manuel Camacho.