Las plantas
son silencios que nadie respeta;
los animales,
gritos que nadie escucha;
las personas,
pregoneros en los que nadie repara.
Con este epígrafe comienza Perlita y Alejandro; un relato que nos conmueve con la apasionante ternura
de unos corazones encendidos por el amor dulce de la amistad. Os aseguro que la
lectura de este hermoso relato os hará vibrar al ritmo de los corazones de sus
protagonistas: Perlita, una cabrita pequeña, de pelo blanco y resplandeciente,
que mueve su corto rabo con salada gracia, y Alejandro, “El Tarta”, un niño que
ama a los animales y encuentra, en Perlita,
su amiga del alma.
MANUEL CAMACHO
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