Mi infancia son recuerdos de un pueblo en la Axarquía; mi vida, la ilusión por un mundo mejor... Si compartes esta ilusión, aquí tienes un espacio para sembrar la esperanza.
jueves, 25 de enero de 2018
viernes, 19 de enero de 2018
HOY SÉ... (SOBRE LA ESPERANZA)
La esperanza
es una llama que arde en el corazón de los almendros...
Hoy sé que la esperanza es una llama que alumbra la oscura
senda por la que transitan los sueños; y muere al alba, al final de la jornada,
cuando se acaba el camino y levantamos el vuelo.
Hoy sé que la esperanza es una luz que te permite caminar por
la profundidad de los abismos.
Hoy sé que la esperanza es una antorcha encendida en el alma.
Hoy sé que la vida es una puerta abierta a la
esperanza.
Hoy sé que el amor es transparente a la
esperanza: “Si en tu vida lo ves todo
negro, abre un agujerito de amor para que entre un rayo de esperanza”.
Hoy sé que los caminos de fe son senderos de
esperanza.
Hoy sé que cada criatura que viene al mundo
es un heraldo de esperanza.
Hoy sé
que los
gestos de generosidad son alientos de vida que mecen las ramas del árbol de la
esperanza; y un susurro de bondad se oye en el alma.
Hoy sé que debo ser agradecido: “Gracias,
Señor, por haber convertido unos
momentos de angustia en un tiempo de esperanza; gracias, Señor, por haber
puesto luz y calor en el oscuro vacío que atormentaba mi alma”.
Hoy
sé que debo atender los sabios consejos: “No te enamores de una sombra, ni de un reproche: ¡enamórate de una
esperanza!”
Hoy sé que debo permanecer alerta frente a los ladrones de
esperanza.
Hoy
sé que debo tener presente la siguiente máxima: “Que nadie ni nada apague la llama de la esperanza que arde
en tu alma; mientras permanezca encendida, existirá la posibilidad de cambiar
al mundo.
Hoy sé que: “Mientras haya personas capaces de
escuchar y de perdonar, hay esperanza para el mundo”.
Hoy sé que: “Si alguna
vez fuere culpable de una falta grave, que el peso de la justicia, de la
justicia verdadera, caiga sobre mis hombros; pues sólo así, cargando con mi
culpa, podré caminar con la esperanza de alcanzar la gloria”.
Hoy sé que: “Si no arriesgas la vida por defender una causa justa,
morirás sin la esperanza de merecer la gloria”.
Hoy sé que la vida es el árbol que perdura; el pasado, la flor que
muere; el presente, la fruta que alimenta; el futuro, la semilla que guarda la
esperanza.
Hoy sé que: “Su mirada está triste; ha perdido
la esperanza”.
Hoy sé que debo reflexionar sobre la siguiente máxima: “Una
hoja de pino en un estanque: un motivo para la esperanza”.
Hoy sé que sin Dios no somos nada, sólo la sombra de un sueño:
“Señor,
ayúdame a vivir en gracia para que pueda morir con la sólida esperanza de ver
tu rostro divino.
Hoy sé que la muerte es un presente sin
futuro, que resulta muy hermoso si se llenas de esperanza.
Hoy sé que las penas no matan si son penas con esperanza.
Hoy sé que la esperanza sólo muere con la vida.
M. Camacho
martes, 16 de enero de 2018
viernes, 12 de enero de 2018
jueves, 4 de enero de 2018
domingo, 17 de diciembre de 2017
HOY SÉ... (SOBRE EL MIEDO)
HOY SÉ...
(SOBRE EL MIEDO)
No mata
el vuelo, sino el suelo.
Hoy sé que tanto la
agresión como la sumisión son signos de
cobardía que representan dos maneras diferentes de manifestación del miedo.
Hoy sé que los gritos no
son muestras de valor, son espanta miedos: cuando gritamos no estamos dando
muestra de valor, lo único que hacemos es tratar de espantar nuestros propios
miedos.
Hoy sé que al principio
de los tiempos, hace ya tanto que nadie se acuerda, todas las aves volaban. Una
de ellas tuvo miedo de volar, y se cortó las alas; su nombre es “gallina”.
Hoy sé que hay personas
que se cortan las alas porque les da miedo volar.
Hoy sé que no tienes que
cerrar con llave la puerta de tu casa cuando estés dentro de ella. Si el miedo
o la prudencia te impulsan a hacerlo, algo muy importante está fallando en tu
vida.
Hoy sé que: “Lleva tanto
tiempo huyendo del amor, que se ha olvidado de amar; y el miedo le impide
pararse”.
Hoy sé que no hay que
tenerle miedo a una ley severa, si es justa.
Hoy sé que no hay que
buscar en la mentira la salida fácil a cualquier situación comprometida; asume
con valor tu responsabilidad, y no le tengas nunca miedo a la verdad.
Hoy sé que no hay que
tener miedo de ser feliz.
Hoy sé que el miedo es
un impedimento para que surja el amor.
Hoy sé que la bondad de
su rostro embelesó mi alma, hasta el punto de no atreverme a hablar por miedo a
romper el encantamiento.
Hoy sé que las personas
que aman la vida no tienen miedo a la muerte: la muerte es parte de la vida.
Hoy sé que debo
reflexionar sobre la siguiente sentencia: “Hombre, ¿de qué presumes?; sólo eres
la sombra del miedo”.
Hoy sé que la gente
perversa es débil y cobarde; sus principales armas son el engaño y el miedo de
los demás.
Hoy sé que no hay que
tenerle miedo al miedo: sería como pintar negro sobre negro.
Hoy sé que debo tener
muy presente la siguiente sentencia: “Corderos, aprended de los insectos; y los
lobos tendrán miedo de vosotros”.
Hoy sé que no hay que
tenerle miedo al miedo: siempre va de farol.
Hoy sé que hay que
armarse de valor cada vez que se necesite vencer el miedo.
Hoy sé que debe tener
presente la sentencia siguiente: “Ten
tu conciencia tranquila y no te preocupes de las calumnias que viertan sobre
ti; sé siempre responsable de tus actos y no tengas miedo a equivocarte:
afronta con dignidad y valor tu vida y
tus errores”.
Hoy sé que no hay que
avergonzarse de haber tenido miedo: sentir miedo es humano; afrontarlo, un
hecho heroico.
Hoy sé que no es
valiente porque nunca tuvo miedo; sino porque cuando lo tuvo, lo arrostró.
Hoy
sé que
cada mentira es una piedra lanzada contra la farola que alumbra el sendero por
el que tu alma camina en busca de la
Verdad: destierra la mentira de tu vida y detesta al mentiroso, para que puedas
abrazar a tu prójimo sin miedo al contagio.
Hoy sé que el miedo es
un dragón que defiende la entrada de la cueva donde se encuentra cautiva la
libertad.
Hoy sé que la libertad
se obtiene con la derrota del miedo.
Hoy sé que la libertad
es incompatible con todos aquellos miedos que somos incapaces de vencer.
Hoy sé que no hay que
huir de aquel que te persigue. Sorpréndele: sal a su encuentro, y dile que no
le tienes miedo; a partir de ese momento dejará de perseguirte.
Hoy
sé que
el valor verdadero es aquel que se enfrenta al miedo.
Hoy
sé que
mucha gente tiene miedo de lanzarse a la piscina del amor verdadero; pero,
cuando están dentro, se sienten muy afortunadas y miran, con eterna gratitud, a
la persona que le empujó.
Hoy
sé que
todas las derrotas las produce el miedo; si consigues vencerlo, jamás serás
derrotado.
Hoy sé que el miedo es un mal compañero de viaje
que se oculta bajo la sombra de una pregunta sin respuesta.
M. Camacho
viernes, 15 de diciembre de 2017
miércoles, 13 de diciembre de 2017
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