Mi infancia son recuerdos de un pueblo en la Axarquía; mi vida, la ilusión por un mundo mejor... Si compartes esta ilusión, aquí tienes un espacio para sembrar la esperanza.
lunes, 13 de noviembre de 2017
sábado, 11 de noviembre de 2017
HOY SÉ... (SOBRE LA JUSTICIA)
Dichoso
aquel juez; más conocido por su amor a la Justicia que por su amor a la ley.
HOY SÉ que la justicia es el podio de la libertad, el amor y la paz.
HOY SÉ que sin justicia no hay libertad, y sin libertad no hay
paz.
HOY SÉ que la justicia debe presidir todos los actos de la vida.
HOY SÉ que ante un acto cruel, no hay que quedarse con los brazos cruzados:
solidarízate con los que sufren; rechaza los discursos vanos, suelen ser humo
para ocultar la verdad o para eludir responsabilidades; arranca un compromiso
de las autoridades competentes, y exige a éstos que lo cumplan; procura
contener tu rabia, para no darle ninguna ventaja al culpable, pero no la
ahogues, debes mantenerla viva hasta que se haga justicia.
HOY
SÉ que únicamente, un arrepentimiento sincero y el firme
deseo de cumplir íntegramente la pena impuesta, podrán reinsertar al culpable,
con pleno derecho, en el mundo de los justos. Si, por el contrario, intenta
eludir su responsabilidad y librarse de un castigo merecido, se convertirá en
un vil gusano de la tropa del diablo; y la sociedad que lo acoge, en una
manzana podrida.
HOY
SÉ que la raíz del hambre está en la injusticia.
HOY
SÉ que la justicia es el pan de los pobres, y el aliento
de los débiles.
HOY
SÉ que un Gobierno sin autoridad se convierte en carcelero
de la Justicia.
HOY SÉ que el ser humano no será libre mientras no esté
dispuesto a morir, y si fuese preciso a matar, por la justicia.
HOY SÉ que muriendo por la justicia,
podré dejar esta vida con la esperanza de alcanzar la dicha eterna.
HOY SÉ que si alguna vez fuere culpable de una falta grave, que el peso de la
justicia caiga sobre mis hombros; pues sólo así, pagando mi deuda, podré morir
con la esperanza de alcanzar la gloria.
HOY SÉ que el
trabajo, la honestidad y la defensa de la justicia; hacen un mundo mejor. Si no
le entregamos a nuestros hijos un mundo mejor; puede que en algún momento, con
toda razón, nos tachen de vagos y maleantes o, tal vez, de cobardes.
HOY SÉ que de debo tener muy presente la siguiente sentencia: “Reafirma siempre y en todo
lugar tu individualidad; sé solidario con los que sufren, y une tu vida a la de
aquellas personas que defienden la justicia; pero hazlo desde la libertad,
comprometiéndote contigo mismo; no te comprometas con los colectivos, (grupos,
partidos, asociaciones, comunidades, etc.), particularmente con los que
trabajan en la sombra: si te comprometes con algún colectivo, puedes acabar
actuando en contra de lo que pretendías defender; los colectivos anulan la
personalidad del individuo y toman la del líder, o la de aquellos a quienes el
líder sirve”.
HOY SÉ que repartiendo
igualdad, no siempre se entrega justicia.
HOY SÉ que el justo
valor de las cosas es el pedestal de la justicia.
HOY SÉ que la justicia vuela más alto que la ley: no
hay mayor vileza que la de aquellos que se escudan en la ley para cometer una
injusticia.
HOY SÉ que las
prohibiciones absurdas invitan al desacato y propician la injusticia.
HOY SÉ que es más
loable una infracción a la ley en nombre de la Justicia, que el hecho de
cometer una injusticia en nombre de la ley.
HOY
SÉ que el derecho y
el deber son las dos caras de la moneda
de la justicia.
HOY SÉ que hay que sujetar, con mano firme, la
antorcha de la justicia; y entregársela encendida a los que marchan hacia la
libertad.
M. Camacho
viernes, 10 de noviembre de 2017
jueves, 2 de noviembre de 2017
martes, 31 de octubre de 2017
HOY SÉ... (SOBRE LA POBREZA)
La
infelicidad es el dolor
de la
pobreza; y la pobreza,
una carencia
de amor.
Ama, ¡por
favor,
ama!..; para
no ser pobre,
para ser
feliz.
HOY SÉ que hay tres tipos de pobreza: la pobreza que
sana, pobreza como fruto del amor y la generosidad (desprendimiento de lo
superfluo -considerando como superfluo todo aquello que no sea necesario, y
procurando que las necesidades sean las menos posibles-, desapego de lo
material, solidaridad...); la pobreza que duele, pobreza debida a la falta –por
hurto- de lo justo y necesario para una vida digna (lo estrujan y se
beben su jugo); y la pobreza que mata, pobreza como consecuencia de la carencia
de virtudes (vagancia, avaricia, derroche, vicio, apego a lo material...).
HOY SÉ que la pobreza que sana da esplendor
a la vida.
HOY SÉ que la pobreza que duele bastardea la
vida.
HOY SÉ que la
pobreza que mata ensombrece la vida.
HOY SÉ que los
que abrazan la pobreza, de manera que nada los ate a lo material, obtienen un
inmenso tesoro.
HOY SÉ que ser
pobre es no tener nada que ofrecer.
HOY SÉ que
nadie es tan pobre que no tenga nada que ofrecer; ni tan rico que no necesite
nada.
HOY SÉ que la
fortuna no se valora por lo que tienes, sino por lo que das: cuanto más avaro,
más pobre; cuanto más generoso, más rico.
HOY SÉ que
donde todo se valora por el dinero, sólo hay pobreza (pobreza que mata).
HOY SÉ que no existe
pobreza mayor que la de aquel que muere enterrado en dinero.
HOY SÉ que los
derrochadores son insolidarios con los pobres.
HOY SÉ que los
que permanecen indiferentes ante una flor no tienen alma; los que permanecen
indiferentes ante la pobreza no tienen corazón.
HOY SÉ
que debo pedirle al Señor que no permita
que mi libertad se apoye en la esclavitud de ningún otro ser; ni mi riqueza, en
su pobreza.
HOY SÉ que la
riqueza es jugo de pobreza.
HOY SÉ que la riqueza es a la pobreza como el vino a
la uva.
HOY SÉ que sin
pobres no hay ricos.
HOY SÉ que
unos pocos provocan la pobreza de muchos para vivir ricamente.
HOY SÉ que la
riqueza es el oro de la mina de la pobreza.
HOY SÉ que
contra el oro del maldito, debo levanta mi pobreza: “La
pobreza y la honradez te harán invencible”.
HOY SÉ que si
la felicidad se pudiera comprar, todos los pobres se morirían de pena.
HOY SÉ que una
de las maravillas del mundo, la más grande, es la posibilidad que tienen todas
las criaturas que lo habitan de ser felices: la felicidad está al alcance de
todos, y se puede encontrar en la riqueza y en la pobreza; en la salud y en la
enfermedad; en la suerte y en la desgracia; depende únicamente de aquel que la
busca.
HOY SÉ que la
pobreza la padece quien la siente.
HOY SÉ que la
mayor pobreza es la carencia de amor.
HOY SÉ que
todos se lamenta de su pobreza, nadie de su riqueza: ¡pobre lamento!
HOY SÉ que no
debemos lamentarnos sin necesidad: las lamentaciones son signos de pobreza
espiritual que predisponen a una baja consideración.
HOY SÉ que no
se debe tener un sentido pobre de las cosas; procura ver, en todas ellas, su
máxima significación.
M. Camacho
domingo, 29 de octubre de 2017
viernes, 27 de octubre de 2017
jueves, 19 de octubre de 2017
lunes, 16 de octubre de 2017
domingo, 15 de octubre de 2017
sábado, 14 de octubre de 2017
jueves, 12 de octubre de 2017
miércoles, 11 de octubre de 2017
lunes, 9 de octubre de 2017
martes, 3 de octubre de 2017
sábado, 30 de septiembre de 2017
viernes, 29 de septiembre de 2017
miércoles, 27 de septiembre de 2017
domingo, 24 de septiembre de 2017
viernes, 22 de septiembre de 2017
martes, 19 de septiembre de 2017
domingo, 17 de septiembre de 2017
viernes, 15 de septiembre de 2017
jueves, 14 de septiembre de 2017
miércoles, 13 de septiembre de 2017
jueves, 20 de julio de 2017
viernes, 14 de julio de 2017
martes, 27 de junio de 2017
miércoles, 21 de junio de 2017
martes, 13 de junio de 2017
CONCIENCIA PATRIÓTICA
HOMENAJE
A JOSÉ ALCALÁ-ZAMORA
ASOCIACIÓN
VERSOS PINTADOS DEL CAFÉ GIJÓN,
SECCIÓN
“EL ABANICO”
Queridos
amigos:
Buenas
noches, con aroma de rosas silvestres de la rivera del Permeso.
Es para
mí un gran honor participar en este modesto, pero muy sentido homenaje que esta
noche, 12 de junio de 2017, la Asociación Versos Pintados del Café Gijón, en su
sección “El abanico”, rinde al hombre, al historiador, al poeta José
Alcalá-Zamora. Como hombre, destaca su humanidad; como historiador, el rigor;
como poeta, el volumen, en su mayor parte sonetos (a finales del año 2009
firmaba su soneto 5001; ningún poeta, clásico o contemporáneo, ha escrito
tantos sonetos), y la calidad de su obra, sus sonetos que tocan el cielo: en
ellos tiembla el amor y la belleza, como en los sonetos de Ronsard y de Shakespeare;
en ellos encontramos el ímpetu vital y la salada gracia de los sonetos de Lope
de Vega; en ellos sentimos la nostalgia temblorosa de los sonetos de Garcilaso
de la Vega y la apasionante ternura de los sonetos de Camoens; en ellos
sentimos las desgarradoras imprecaciones a Dios de los sonetos de Antero de
Quental...; a lo que hay que añadir la hirviente pasión de sus sonetos
eróticos. Por todo ello, y mucho más, José Alcalá-Zamora es acreedor del más
alto reconocimiento.
Es en
este punto, cuando vienen a mi memoria: el olvido en el que murió Cervantes; y cómo, hasta la segundad mitad del siglo XIX, la obra de Shakespeare era
ignorada por la mayoría y despreciada por los exquisitos. Fue en torno al año
1860, cuando Víctor Hugo, al tiempo que
culminaba su obra los miserables, escribió desde el destierro: “Shakespeare no
tiene el monumento que Inglaterra le debe”. Las palabras del patriarca francés
removieron las conciencias patrióticas inglesas; en poco tiempo, fueron
erigidos decenas de monumentos a Shakespeare.
Con
este homenaje, y repito, modesto pero muy sentido, La asociación Versos Pintados del Café
Gijón escribe en el aire, para quien quiera leerlo, el siguiente Mensaje: “José
Alcalá-Zamora no tiene el monumento que España le debe”.
Yo
conocí a José por medio de mi hija Patricia, cuando trabajaba para una gran
dama; íntima amiga del poeta y musa, pienso, de muchos de sus poemas de amor.
Mi hija me dijo: “Papá tienes que conocer a José Alcalá-Zamora, es un excelso
poeta y una gran persona”; y tiene toda la razón, José es un sonetista, un
poeta de especial excelencia y un hombre empapado de humanidad.
Quiero
terminar con un pequeño poema que una agradable tarde, con una copa de vino
español en la mano, en la celebración de la presentación de uno de sus
poemarios; y tras confesarme que no era creyente, le recité al oído. He de
decir que creí en sus palabras porque José es un hombre de honor; pero no, en
la verdad que expresaban: ¡hay en los poemas de José Alcalá-Zamora tanta pasión,
tanta belleza...; tanto amor; que nadie podría escribirlos si Dios no estuviese
en su corazón!; lo que ocurre es que su luz, la luz de Dios, nos deslumbra. El
poema se titula Confío en Ti, y dice así:
No comprendo, Señor, la
noche;
pero confío en Ti
que has creado el Sol
y todas las estrellas.
No comprendo, Señor, las
injusticias;
pero confío en Ti
que siembras artemisas
en los jardines del
Amor.
No comprendo, Señor,
tanto dolor;
pero confío en Ti
que mandaste a tu hijo
a morir en la cruz.
Tengo miedo, Señor, de
poder ofenderte,
con mis incomprensiones,
con mis miseria;
pero confío en Ti
que eres un padre justo
y misericordioso.
M. Camacho
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