miércoles, 2 de octubre de 2013

LOCURAS DE AMOR


Se pasó toda su vida intentando cambiar el mundo, y no lo consiguió. Al final de sus días, se dio cuenta de que había sido un hombre feliz; y sonrió.





LOCURAS DE AMOR


No retrases la siembra de una buena obra;
si lo haces, puede que su fruto no llegue a tiempo
de alimentar tu alma.

 

                      

Patricia, Sergio, Sofía, Santiago y María eran muy buenos amigos, de esos que valen un Perú; se conocieron en el colegio religioso donde cursaban el bachillerato; un magnetismo especial les hacía vibrar en  la misma frecuencia, quizá por ello eran tan buenos amigos. 
Aquella mañana, una densa y oscura nube cubría la ciudad. El día invitaba a la meditación. 
Como de costumbre, los cinco amigos se reunieron, a la hora del recreo, en el patio del colegio; el silencio presidió los primeros momentos. 
          Un sonido bronco rompió  el silencio cuando Sergio, sin decir palabra, comenzó a desenvolver el suculento bocadillo que su madre le había preparado; el bocadillo tenía como segunda envoltura una hoja de periódico, la primera era de papel de aluminio. Las miradas de los cinco amigos, hasta aquel instante perdidas en el infinito, se encontraron en la estrepitosa hoja; casualmente, se trataba de una hoja de sucesos: asesinatos en masa, violaciones, suicidios, robos, etc. 
- ¡Qué mal está el mundo! -exclamó Santiago. Y añadió-: ¿cómo puede haber gente tan perversa; acaso no comprenden que su actitud les lleva al infierno, al mundo de las tinieblas.
- A veces, pienso que en nuestro mundo hay mucha injusticia y que, tal vez, sea ésta la causa de tanta maldad; pero, cuando considero todo lo que  Dios nos da y evoco sus bienaventuranzas, me doy cuenta de que nada justifica hacer el mal -dijo Patricia. 
- Es cierto, nada justifica hacer el mal. El mundo creado por Dios es  una morada deliciosa,  un paraíso; somos nosotros, los llamados seres humanos, quienes lo hemos convertido en la antesala del infierno -corroboró Sofía.

 - Se me ha puesto la carne de gallina. Un sentimiento muy profundo de impotencia y de culpabilidad invade todo mi ser -expresó Sergio. Y agregó-: no podemos permanecer ajenos de esta triste realidad. ¡Tenemos que hacer algo! 
- Tienes razón, hay que hacer algo -aseveró Santiago-; pero, ¿qué podría ser? 
- Podríamos -dijo María- sembrar sonrisas en el mundo, viviendo con alegría las cosas pequeñas de cada instante del día. 
- Podríamos escuchar a la gente. ¡Escucharles con cariño que es amar con el oído! -exclamó Patricia. Y afirmó-: si en el mundo se hablase un poquito menos y se escuchase un poquito más, se evitarían  muchos sufrimientos.
- Podríamos intentar convencer a todo el mundo que la vida es un viaje maravilloso hacia la eternidad; un viaje que no debemos perder -dijo Sofía. 
- Todo cuanto habéis dicho es muy hermoso; pero me gustaría que nos comprometiésemos en algo más concreto -demandó Sergio.

- Estoy contigo -sustentó María-, a mí también me gustaría que nos comprometiésemos en algo más concreto como, por ejemplo: saludar siempre, y de manera piadosa, a todos los compañeros con los que nos encontremos, a pesar de que alguno de ellos nunca nos haya caído bien; dirigir una tierna mirada a las personas tristes que se crucen en nuestro camino; prestar una ayuda sincera y desinteresada a todo el que necesite algo de nosotros, aunque no llegue a pedírnosla. 
- Podemos igualmente comprometernos en intentar enseñarle a la gente, principalmente a los jóvenes, a descubrir y a admirar todas esas cosas tan extraordinarias que llenan el mundo, y que son la imagen del Señor -dijo Patricia. Y aclaró-: las estrellas del infinito; la luz y el calor del sol; la fertilidad de la tierra; la inmensidad del mar; la belleza y el aroma de las flores; el trino de los pájaros; la ternura de un recién nacido; la dulzura de una madre; el amor de un padre; la mirada afectuosa de una persona agradecida.
- También podemos -dijo Sofía- comprometernos en llenar nuestro entorno de octavillas que lleven escritas, una en cada cara, las siguientes locuras de amor: 
A)     La bellísima oración de San Francisco de Asís, convertido a Dios desde las vanidades del mundo; que dice: 
Haz de mí, Señor, un instrumento de paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga perdón;
donde haya discordia, ponga unió;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga confianza;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga luz
y donde haya tristeza, ponga yo alegría. 
Haz, en fin, Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando es como se recibe,
olvidando es como se encuentra,
perdonando se es perdonado
y muriendo se resucita
a la vida que no conoce fin. 

B)    El hermoso texto escrito por la Madre Teresa de Calcuta, durante una noche de tormenta, en la colonia de leprosos de un pueblo indio a orillas del Ganges; que dice: 
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, desvélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, doméñala.
La vida es una aventura, arróstrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela. 
- Estoy de acuerdo con vosotros -dijo Santiago-; pero no olvidemos que la carne es débil y el demonio implacable. Éste aprovechará cualquier ocasión, cualquier motivo, para tentarnos; cualquier momento de desaliento para robarnos el alma.
- Yo sé cómo vencer las tentaciones, el modo de derrotar al diablo: busquemos un aliado, ¡aliémonos con el Señor! Él nos dará las "fuerzas" necesarias para conseguirlo -aseguró María.
- Me parece estupendo -manifestó Sergio. Y añadió-: propongo firmar una alianza con Dios; y comenzar desde ahora mismo, desde este momento, a cumplir con nuestros compromisos, a luchar con entusiasmo por un mundo mejor. 
- Yo también quiero proponer algo -dijo Patricia-, que hagamos una promesa: reunirnos aquí, en este mismo lugar, dentro de veinticinco años, para ver lo que hemos conseguido; para darnos un fuerte abrazo.


Todos estuvieron de acuerdo, firmaron la alianza e hicieron la promesa. En los restantes años de colegio, se distinguieron de sus compañeros por su bondad y afecto hacia los demás. Al terminar los estudios de bachillerato, se separaron con una gran pena; pero con  la agradable sensación de que una fuerza misteriosa les mantenía unidos.
Fueron fieles a la alianza, y cumplidores de cuanto habían prometido. Veinticinco años más tarde, se volvieron a reunir, esta vez, en las puertas de unos grandes almacenes que habían sido construidos en el lugar en que se encontraba su colegio. Muchas cosas habían cambiado; sin embargo, el mundo seguía igual: asesinatos en masa, violaciones, suicidios, robos, etc.
  
No pudieron conseguir un mundo mejor, a pesar de haberlo intentado; pero lograron algo muy importante, yo diría que lo más importante en esta vida: ellos siempre fueron muy felices haciendo el bien, con la esperanza de ir caminando hacia la Gloria. 
                                    
                                                      MANUEL CAMACHO

martes, 1 de octubre de 2013

SIN VELO


No es la tierra quien echa las rosas, sino el rosal que ha sabido crecer en ella.


domingo, 29 de septiembre de 2013

EL DOLOR ES REDENTOR


Para poder disfrutar de la vida, tienes que aceptar todo lo que forma parte de ella: el trabajo, el dolor, la muerte...
 
 
 

sábado, 28 de septiembre de 2013

ESPEJO DE BELLEZA


Señor, ayúdame a descubrir el misterio de la vida para que pueda gozar de tanta belleza.




ESPEJO DE BELLEZA


                                                           La belleza está en el espejo
                                                           cuando te miras.

 

¿Dónde está la belleza?
Le preguntó una rosa a un poeta.
En mis ojos,
cuando te miro;
en mis manos,
cuando te toco;
en mis labios,
cuando te beso;
en mi alma,
cuando me bebo tus aromas...:
la belleza está en mí
cuando estoy en ti,
y tú conmigo.
Le contestó el poeta.
La rosa se hizo verso,
verso de sangre; verso enamorado.
El poeta cerró los ojos,
y se puso a soñar.
 
                             
                             M. CAMACHO

 

martes, 24 de septiembre de 2013

PASIÓN DE AMOR


Las pasiones se tatúan en el pecho;
el amor verdadero, en el alma.


lunes, 23 de septiembre de 2013

ENTUSIASMO


Toma ahora mismo, en este preciso instante, la determinación más importante de tu vida; ¡resuelve ser feliz! No es tan difícil: se trata de reconciliarte contigo mismo y con tu entorno; y de poner la serenidad como eje de tu vida, y el entusiasmo como compañero inseparable.
 
 

domingo, 22 de septiembre de 2013

AVE FÉNIX


 

CARCELERO DE LA JUSTICIA

 

lunes, 22 de julio de 2013

EL FIN DEL MUNDO

El mundo es un poema de amor que enamora a todo el que lo escucha.

 

UN MUNDO MEJOR


II EN CUENTRO HISPANO-TUNECINO DE INTELECTUALES Y ESCRITORES

 
PONENCIA: UN MUNDO MEJOR
(MANUEL CAMACHO FERNÁNDEZ) 


Me duele España,
mi patria;
me duele el mundo,
mi mundo;
me duelen tanto,
tanto me duelen,
que mi dolor me mata...
 

Queridos colegas, tras los versos con los que abro mi participación en esta Mesa redonda; quiero, ante todo, felicitar a Ridha Mami y a Basilio Rodríguez por la organización de estos encuentros tunecinos-españoles de intelectuales y escritores. Unos encuentros a los que “sirven de inspiración y lema”, así lo manifiestan sus organizadores, los versos de un bello poema titulado “La voluntad de vivir”; escrito, un año antes de su temprana muerte, por el gran poeta de Tozeur, Abou el Kacem Chebbi (1909-1934). Y mostrarles mi gratitud por haberme invitado a participar en los mismos. Dicho lo cual, paso a exponer mi comunicación.  

Para el dolor que me produce este tiempo de la historia del mundo, que me ha tocado vivir; encuentro consuelo en los versos del gran poeta Abou el Kacem Chebbi: “Si la gente quiere vivir un día/ el destino sólo puede satisfacer su expectativa./ La mañana sucederá necesariamente a la noche/ y las cadenas se romperán inevitablemente...” El poeta nos dice, a través de sus versos, que querer es poder; que los deseos, cuando son firmes, inevitablemente se cumplen. Y sublima su poema con el hermoso título: “La voluntad de vivir”. En esa misma dirección está orientada mi obra creativa, que hoy comparto gustosamente con vosotros, como se puede observar en el siguiente poema; que dice: Cuando los pasos/ son firmes,/ retumba el suelo;/ y la gente/ se aparte,/ y los perros/ reculan.../ Cuando los pasos/ son firmes,/ nadie/ te detiene//; poema que he titulado Determinación.  Voluntad de vivir, Determinación...;  sí, está bien. Pero, ¿para qué? Para algo muy hermoso, para lo más noble y hermoso que puede y debe hacer el ser humano; ¡Luchar por un mundo mejor!: un mundo luminoso, alegre y justo donde la vida sea hermosa y bella para todos los que lo habitan. Y, en esa noble empresa, los poetas y los escritores tienen encomendada una importante tarea; a ella, modestamente, he dedicado gran parte de mi vida. Como muestra, quiero dar lectura a un artículo de opinión que escribí, hace tiempo, para un periódico de la Axarquía (comarca de Málaga), el cual fue publicado con el seudónimo de Manuel de Petka; y que, para mi pesar, cada día gana actualidad. Dice el artículo:  
 

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS: UNA CADENA DE ORO CON TREINTA ESLABONES.
 

La libertad es un árbol que brota en el campo de batalla;
la paz es la flor del árbol de la libertad.
 

Cada vez que una criatura inocente es asesinada, se me parte el corazón; y, cuando veo la indulgencia con que se trata a su asesino, el alma se me cae a los pies. 

El día diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho, la Asamblea General de las Naciones Unidas adopta y  proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos que define los derechos y libertades del hombre. Veinte años más tarde (13 de mayo de 1968), en la “Proclamación de Teherán”, es declarada obligatoria para la comunidad internacional. 

Nadie pone en duda que la  Declaración Universal de los Derechos Humanos es un texto excelente; pero no son las palabras sino los hechos los que cuentan; y el hecho es que con  esta Declaración se protegen los derechos y libertades del asesino y no, los de sus víctimas; quizás porque el derecho es sólo una cara de la moneda de la justicia, la otra es el deber; o tal vez porque, desde una situación de privilegio, aquellos que deben velar por el reconocimiento y aplicación de la citada Declaración se olvidan de sus dos últimos artículos: el artículo 29, que limita los derechos y libertades de toda persona con el fin de asegurar el reconocimiento y el respeto a los derechos y libertades de los demás y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general; y el artículo 30, que dice que nada de la Declaración Universal de los Derechos Humanos podrá interpretarse en el sentido de que confiera derecho alguno para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendentes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en la misma. 

El resultado es que la Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha convertido en un instrumento que ampara al asesino, y se olvida de sus víctimas; en una cadena de oro con treinta eslabones, mucho peor que las cadenas de hierro ya que estas se oxidan y aquella permanece brillante. 

Con el más puro amor a la libertad y el fuerte deseo de acabar con todas aquellas cadenas que aprisionan a la gente de bien; se ha escrito la siguiente Declaración sobre Deberes Humanos:
 

DECLARACIÓN SOBRE DEBERES HUMANOS  

 

-PREÁMBULO-
 

Considerando que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad, derechos y deberes; y, dotados como están de razón y conciencia, son responsables de sus actos; 
 
Considerando que la libertad no consiste en poder hacer lo que apetezca, sino aquello que deba hacerse; 
 
Considerando que el derecho y el deber son las dos caras de la moneda de la justicia; 
 
Considerando que la justicia debe imperar en el mundo, a fin de que los  seres humanos puedan ejercer su libertad y gozar de la paz; 
 
Considerando que quien no cumple ningún deber no merece ningún derecho; 
 
Considerando que la relajación en el cumplimiento de los deberes conduce a una sociedad injusta, dominada por gente perversa; y 
 
Considerando que han transcurrido cincuenta y dos años (a fecha de hoy -julio del 2013-, sesenta y cuatro) desde la proclamación  de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sin haber conseguido el fin deseado: que la libertad, la justicia y la paz reinen en el mundo. Parece necesario y conveniente proclamar la presente Declaración sobre Deberes Humanos. 
 

-DEBERES HUMANOS-
 

I.        Toda persona tiene el deber de respetar los derechos de los demás. El incumplimiento de esta obligación fundamental supone, para el infractor, la pérdida de los derechos que no respeta. 

II.       Toda persona, sin excepción alguna, tiene el deber de cumplir lo establecido por la ley, siempre que se trate de una ley justa. Si la ley no  es justa, deberá luchar, con todas sus fuerzas, para conseguir que sea abolida. 

III.      Toda persona tiene el deber de cumplir la justa pena que le haya sido impuesta, por las faltas o delitos cometidos; para saldar su deuda con la sociedad.  

IV.     Toda persona tiene el deber de luchar contra la injusticia, aun a riesgo de su propia vida: sin justicia, no hay libertad; y, sin libertad, no puede haber paz. 

V.       Toda persona tiene el deber de socorrer al prójimo. El incumplimiento de esta obligación es un acto egoísta y cobarde que envilece al ser humano. 

VI.     Toda persona tiene el deber de defender sus derechos, y solidarizarse con todos aquellos seres humanos que son tratados de manera injusta; para desterrar las fuerzas destructoras, y conseguir un mundo justo y solidario. 

VII.   Toda persona tiene el deber de adquirir la mejor formación que le sea posible, mediante el estudio continuado y la experiencia vivida; para poder ejercer de forma adecuada su libertad, y servir mejor a la sociedad de la que forma parte. 

VIII.   Toda persona tiene el deber de desarrollar el trabajo que le corresponda, siempre que éste sea honesto; con el convencimiento de que el trabajo dignifica al ser humano, y de que todos los trabajos son necesarios e igualmente dignos. 

IX.      Toda persona tiene el deber de contribuir con honestidad a la Hacienda Pública, para atender a las necesidades de la Nación; teniendo en cuenta que cualquier fraude al Estado es un fraude a toda la población. 

X.       Toda persona tiene el deber de defender la integridad e independencia de su patria, hasta derramar la última gota de su sangre, si fuese preciso; pues, sólo en Ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. Entendiendo por patria la nación que le ampara, y, por Patria de su patria, el Universo. 

XI.    Toda persona tiene el deber de respetar la naturaleza; por respeto a la vida, y para disfrute de todos los seres de la Tierra. Y 

XII.    Todas las personas tienen el deber de cuidar de su salud física y mental, para su propio bien y el de la Familia Humana.
 

- - -
 

No veo a esta Declaración sobre Deberes Humanos adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas; aunque poemas como La Voluntad de vivir o Determinación nos abran el camino.  

Los caminos de libertad son abruptos;  la marcha a través de ellos no resulta fácil, hay que soportar grandes penalidades; muchos pierden su vida en el empeño; pero, merece la pena intentarlo: la recompensa es tal alta que, si pudiésemos conocerla y valorarla de antemano en toda su extensión, el más duro de los sacrificios se convertiría en el más sublime de los placeres.
Ni me imagino a todos los seres humanos luchando por un mundo mejor; pero es tan grande mi deseo que no pierdo la esperanza.  

Que nadie ni nada apague la llama de la esperanza que arde en tu alma; mientras permanezca encendida, existirá la posibilidad de cambiar el mundo. 

En cualquier caso, si consigo, con toda mi obra como poeta y escritor, que tan sólo una persona emprenda la lucha, habrá merecido la pena la dedicación y el esfuerzo empleados en escribirla y no habré vivido en vano. Con esa persona quiero compartir la siguiente oración: 

Señor, dame fuerzas para luchar; valor para morir, si fuese preciso, en la lucha; y juicio parar luchar y morir por la  Verdad.

            ¡Muchas gracias!
-  F I N  -

domingo, 21 de julio de 2013

LA PAZ

La libertad es un árbol que brota en el campo de batalla; la paz es la flor del árbol de la libertad.


sábado, 20 de julio de 2013

AMAR CON EL OÍDO

Mientras haya personas dispuestas a escuchar y a perdonar, hay esperanza para el mundo.



DIGNIDAD

El límite de la tolerancia lo pone tu dignidad.
 
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 18 de julio de 2013

RETRATO DE UNA AMBICIÓN




   El separatismo es una doctrina perversa, propugna el derecho de apoderarte de un territorio que no te pertenece: 

                       Las cosas pertenecen
                                  a aquellos que las aman;
                                  y quien no ama el árbol,
                                  no ama las ramas. 
   
   La maldad de los separatistas es superada por aquellos que los apoyan; y la de éstos, por los que no hacen nada para evitar que le arrebaten el territorio que aman: 

                       El amor une;
                                  el desamor separa. 

   A toda la buena gente de este hermoso planeta llamado Tierra, la maldad no tiene fronteras, dedico el siguiente relato titulado Retrato de una ambición, del libro Senderos de gloria (Relatos para crecer):


RETRATO DE UNA AMBICIÓN

                                   Alguien cortaba una rama
                                                    del árbol de la alegría,
                                                    y, al cortarla, se escuchó
                                                    una voz que le decía:
                                                    “No la corte, ¡por favor!,
                                                    ella es parte de mi vida”.


Efigie I


EL TRIUNFO DEL MAL 


   Era un jardín hermoso, poblado de camelias rosadas; en el centro del jardín, un árbol grande, muy grande, tan grande que su copa tocaba el cielo y sus ramas daban fruto suficiente para alimentar a los muchos y diversos pajarillos que anidaban en ellas en alegre armonía. Unos en las ramas del norte, otros en las del sur, otros en las del este...; todos, contentos con su suerte y orgullosos de su árbol: El Árbol de la Alegría. 

   Bueno, no todos los pajarillos estaban contentos. A algunos, que más que pajarillos hay que llamar pajarracos, de plumaje negro brillante, como la negrura del infierno, y de pico robusto, como la punta de una taladradora (cuervos), no les gustaba compartir, con el resto de los pajarillos, la fruta de la rama en la que anidaban, y decidieron cortarla del árbol. Aunque los cuervos eran minoría, ante la pasividad del resto de los pajarillos, consiguieron su objetivo; cortar una rama del árbol de la alegría. Una rama que no les pertenecía: Las cosas pertenecen a aquellos que las aman; y quién no ama el árbol, no ama las ramas. 

   El ejemplo fue seguido por otros pájaros de igual plumaje y calaña. Hasta tal punto que el árbol se quedó sin ramas, en el tronco, y se secó; la misma suerte corrieron las ramas: Les arrebataron su común y universal destino; y, sin destino, dejaron de caminar. Del tronco seco y de las ramas, los cuervos hicieron leña para calentar sus maldades. El grajeo de los cuervos despertó a los monstruos de la inmoralidad y del hambre; que devoraron la sociedad. Las camelias se marchitaron, y las almas dejaron de brillar. 

   Los pajarillos se vieron obligados a construir sus nidos en el suelo, y a alimentarse de sobras de comida vertidas, por los cuervos, en los tiestos del cántaro de la vida[1]...; y acabaron convertidos en aves de corral. 


Efigie II


EL TRIUNFO DEL BIEN


   Está escrito, en “El libro de los sueños”, que el Bien triunfará sobre el Mal. Tal vez por ello existe una segunda versión del relato, con un hermoso final; pues, según ésta, los negros pajarracos (los tiesteros) no llegaron a cortar la rama donde habitaban del árbol al que pertenecía; ya que, cuando todo parecía indicar que iban a conseguirlo, ocurrió un suceso sorprendente que cambio el curso de los acontecimientos: 

   Por aquel entonces se celebró el Campeonato mundial de corales; una bellísima competición que tenía lugar cada cuatro años, y en el que participaban las selecciones de pajarillos de todos los árboles del mundo clasificadas en la competición previa. En esta ocasión, por primera vez, quedó merecidamente campeona, ¡campeona del mundo!, la coral de El Árbol de la Alegría. 

   Este hecho despertó las conciencias dormidas de los pajarillos que lo habitaban; los cuales derrocharon entusiasmo y alegría por todos los rincones del árbol, y colocaron en sus ramas símbolos de unidad como muestra de la satisfacción y del orgullo; del amor; que sentían por su árbol, por todo su árbol. La reacción de los pajarillos desconcertó a los cuervos; que no desistieron de su empeño, muy al contrario, temiendo alguna reacción adversa a sus macabras pretensiones, intensificaron sus actividades y aceleraron las gestiones separatistas. 

   Y sucedió que; de manera espontánea, sin convocatoria previa, respondiendo a la llamada de su conciencia; los pajarillos de todas las ramas, y de forma muy destacada los pajarillos jóvenes, se pusieron en marcha, hacia la rama que los cuervos querían cortar; fueron tantos los pajarillos que llegaron a la rama, que abarrotaron todos sus tallos; y en ellos se aposentaron; en una actitud pacífica, pero valiente y generosa –heroica-, dispuestos a entregar sus vidas, si fuese necesario, por la integridad de su árbol; y con la firme decisión de permanecer en ella hasta que quedara libre de pajarracos.

                        La libertad no se espera, se busca;
                                   no se da, se toma;
                                   se no se llora, se defiende…

   Al principio lo pasaron mal, algunos pajarillos perdieron su vida bajo el pico de los cuervos, ¡su sangre selló el compromiso de amor y libertad del resto de los pajarillos que, ayudados por los buenos del lugar que resultaron ser muchos, consiguieron expulsar a los cuervos y a algunos grajos y cornejas que se habían apuntado a la traición; todos ellos fueron al infierno. Desde entonces, reinó la paz y el cielo abrió sus puertas a los pajarillos de El Árbol de la Alegría. 


                                MANUEL CAMACHO
____
[1] Nota del autor.- Cántaro de la vida: cántaro de barro construido por aquellos que asumieron el sagrado deber de conseguir para sus hijos un mundo mejor; amasando el barro con su sangre, sudor y lágrimas; y en el que se recoge agua, el agua de la vida, en los días de lluvia para regar las almas en tiempos de sequía. No permitas que los hijos de las sombras (los “tiesteros”) lo rompan para adueñarse de un tiesto que apenas recoge agua para beber una gallina.