jueves, 28 de abril de 2022

UN OASIS DE LUZ

 


 

La sabiduría es una flor que brota en un corazón de luz.

No hay mayor sabiduría que la de aquellas personas:

que sacan alegría del pozo de las tristezas,

que encuentran ilusiones en el barranco de los desengaños,

que no pierden la sonrisa en el valle de las lágrimas,

que se llenan de entusiasmo en la fuente de los desalientos...;

que saben encontrar un oasis en el desierto.

No; no es más sabio quien más sabe, sino aquél

que más cerca está de la verdad.

 

Queridos amigos, ¡Buenas tardes!: con sabor a dátiles (fruto de la palmera que representa la victoria, la paz y la vida eterna), y con aroma de tulipanes rojos (tulipa systola: flor de primavera en el desierto).

    

Muchos son los llamados  y pocos los elegidos. Mateo 22-14

 

He de confesaros que, cuando leí en la Biblia que tan sólo 144.000 almas serán rescatadas en el Juicio Final, pensé en las infinitas almas, entre animales (incluido el hombre) y plantas que pueblan nuestro planeta, y me pareció ¡un enorme disparate!; pero cuando entendí que se refería al “homo sapiens” (a los hombres), aunque el número sigue siendo sorprendente, dado que, en la actualidad la Tierra está habitada por unos 7.500.000.000 de seres humanos y que desde la aparición del homo sapiens, hace 55.000 años, se calcula que la han habitado, incluyendo los actuales, unos 115.000.000.000 de estos, la cifra no me pareció tan disparatada (a lo mejor no somos tantos, sólo que vivimos en un laberinto de cristal) porque entiendo que los hombres, y cuando digo hombres me refiero a los seres humanos (hombres y mujeres) adultos, no hemos hecho los deberes; no hemos sido fieles al sentido de nuestras vidas, dejar a nuestros descendientes un mundo mejor (un mundo más justo, más libre, más humano..: abrir manantiales de agua fresca y cristalina, cultivar campos de trigo,  ensanchar los caminos.... Y en lugar de esto, nos hemos lavado con el sudor de nuestros ancestros, nos hemos comido el pan de nuestros nietos, hemos abierto zanjas en los caminos...); por acción u omisión, hemos convertido este Paraíso, el que llamamos mundo, en un desierto de sombras. Y todo ello, en un continuo desafío a la voluntad divina. Me temo que la historia se repita: hubo un tiempo en el que un arcangel llamado Luzbel quiso ser más que Dios, y acabo convertido en Lucifer; cabe pensar que si el hombre no cambia de rumbo, acabe convertido en una bestia; y esto, tal vez se encuentre más cerca de lo que pensamos. La gota de agua que colme la paciencia de Dios puede ser ese proyecto (denominado “Conectoma Humano”) en el que la comunidad científica está orientando sus investigaciones para alcanzar una descripción completa de la conectividad a gran escala de distintas regiones del cerebro; cuya consecución (a veces me pregunto si ya no lo habrán conseguido) abre la puerta de la inmortalidad de “La Bestia”.

 

 Ahora, será a vosotros a quienes les parecerá, y con razón, que soy yo quien está en el disparate; pero creedme, no es ficción, la realidad supera la imaginación. Y esto ya nadie lo remedia; salvo la generosidad, que es el amor al prójimo; y la belleza, que es la flor del Amor.

 

Asociaciones sin ánimo de lucro, que estimulan la generosidad de las almas y la creatividad en la belleza, como la que nos ha convocado a esta hermosa velada (Asociación de Artistas, Creadores y Escritores en defensa de los derechos Humanos, tan espléndidamente representada por su vicepresidenta Dña. María Manuela (Mayla ) de Barbeito), son un oasis de luz en este desierto de sombras; por lo que me siento muy honrado con su invitación: ¡que su luz sea luz de esperanza!

 

Mi cordial felicitación a los premiados esta noche: Dña. Sol Reino (empresaria, RR. PP.; expone su Obra Artística), D. Raúl Ibarra (poeta del sonido, con su “Soprano de Acero”), D. Demetrio Gonzáles (actor) y D. Antonio Ruiz (escritor, poeta, presidente de “Arte Total”) que, por razones de salud, no ha podido asistir para recoger su galardón y recibir un merecido aplauso; a nuestra Invitada de Honor Dña. Gloria Blanco (profesora altruista de baile), también ausente por motivos de salud; y a todos los presentes, visibles e invisibles, en esta hermosa velada. Y mi más profunda gratitud a los hombres y mujeres de la Asociación que nos convoca, especialmente, a su vicepresidenta. Naturalmente, las almas  de unos y otros (de todos los aquí presentes), si continuamos viviendo en la generosidad y en la belleza,  estarán entre las rescatadas.

 

El amor es el camino: ¡muchas gracias!

 

                                                                  MANUEL CAMACHO

 

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