SÉ FELIZ EN EL CAMINO
A Álex, de sus abuelos
Aurelia y Manuel.
¡Feliz cumpleaños!,
mi querido Álex.
Sé feliz en este día,
tres de marzo
de dos mil veintiuno;
y todos los días
de todos los años
de una larga vida.
Como yo lo soy,
desde aquel momento
que Dios me bendijo
con tu nacimiento
y con esos dones
que te concedió:
tu dulce dulzura,
tu bondad de ángel,
tu gran corazón;
tu asertiva fuerza,
tu alta resiliencia,
tu empático amor.
El viento a tu lado
es serena brisa
que refresca el rostro
y regala el alma.
Que nada te turbe,
que nada te inquiete,
que nada te aparte
del recto sendero
de un hijo de Dios.
Cumples quince años;
y con ello entras
en segunda fase
de la adolescencia,
que es el paso previo
a la edad adulta
y el mejor momento
para poder darte
algunos consejos
para ser feliz;
consejos de abuelo,
consejos de sabio,
consejos de amor:
La felicidad no radica en vivir en un jardín de rosas, sino en plantar rosas en tu jardín.
Si quieres encontrar el ansiado tesoro de la felicidad, has de cavar en el jugar marcado por la cruz.
Llena tu cántaro de felicidad en la fuente del verdadero amor.
Sé buena persona: “Los errores en bondad pueden producir heridas, pero no dejan cicatrices”.
Llena tu mente de buenos pensamientos si quieres que tus manos se llenen de buenas obras: “Los buenos pensamientos son alas para volar a la gloria”.
No dejes que la tempestad cambie el rumbo del barco de tu vida.
Regálate flores: “Las flores más hermosas de tu vida (libertad, entusiasmo, nobleza, dignidad...) brotan en tu jardín, sólo tú te las puedes regalar”.
Camina con entusiasmo: “el entusiasmo convierte la vida en una aventura divina”.
Que nadie piense por ti; que nadie actúe por ti; que nadie ría por ti; que nadie llore por ti: sé tú mismo, siempre y en todo lugar; y, si fuese posible, que todos piensen, actúen, rían y lloren contigo.
Lucha siempre contra la mentira, y procura ser feliz: “No hay peor enemigo que la mentira, ni mayor pecado que la infelicidad”.
Nunca tires la toalla: “Los campeones son seres que no tiran la toalla”.
No pierdas, en ningún momento, la esperanza: “La vida es una puerta abierta a la esperanza”.
No te consideres nunca inferior a nadie, cualquiera que sea su posición; ni, tampoco, superior: “Cada persona es un ser único e irrepetible”.
Asume siempre tu responsabilidad: “Todos nos equivocamos; reconocerlo es un acto de humildad y valentía; no hacerlo, todo lo contrario”.
Recuerda: “La perfección no es un camino, es una meta”.
Los defectos se convierten en grandes virtudes cuando luchamos por corregirlos.
El hombre virtuoso no se lamenta de las adversidades; intenta sacar, de todas ellas, una enseñanza: “La virtud es una conquista; el vicio, una rendición”.
Haz siempre lo correcto; hacer lo correcto es invertir en felicidad: “La felicidad no consiste en hacer lo que te gusta; sino en hacer aquello que debes hacer, y conseguir que te guste lo que haces”.
Vive lo mejor de cada momento, aunque no sea el mejor momento de tu vida.
No olvides que la vida es muy hermosa si vives con alegría las cosas pequeñas de cada instante del día.
EPÍLOGO
La felicidad contribuye al disfrute y prolongación de la vida: “Sé feliz en el camino”...
M. Camacho
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