viernes, 1 de junio de 2018

SAYALONGA, RUTA DEL SOL Y DEL VINO





En la malagueña
comarca  andaluza,
llamada Axarquía,
tienes cinco rutas:

Ruta de la pasa,
del sol y aguacate,
del sol y del vino,
de montes  y aceite,

ruta del mudéjar;
que son las  delicias
de los visitantes
que a ellas visitan.

En una de ellas,
la del sol y el vino,
está Sayalonga,
un pueblo divino.

Sus campos se visten,
según el momento,
de verdes viñedos
y blancos almendros;

nunca están desnudos,
siempre llevan puestos
frondosos olivos
cubriendo su cuerpo;

nísperos, naranjos,
olmos, limoneros...
donde anida y canta
el lindo jilguero;

y otras lindas prendas
que adornan su pelo:
rosales, claveles,
jazmines, romeros...

Sus hombres son recios,
sus mujeres bellas,
sus niños alegres
como castañuelas;

gente hospitalaria,
gente transparente
como el agua clara
de sus claras fuentes.

Su historia  fue escrita,
con plumas de acero,
en la  piel reseca
de resecos suelos;

y sangre brotando
de dedos mordidos,
entre perejiles,
bajo los olivos.

Una nueva historia
se  escribe en el pueblo,
con tinta de cobre
que viene de lejos:

se vende la tierra,
se venden los sueños,
se vende la historia,
se  vende  el misterio;

de aquellos almendros,
de aquellos viñedos...
tan sólo nos queda
un grato recuerdo.

¡Ay blancos almendros!,
¡ay verdes viñedos!;
que vivieron pobres,
y ricos murieron.

            M. Camacho

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