lunes, 17 de octubre de 2016

QUE DIOS NOS LO DEMANDE


LOS PEORES POLÍTICOS


La política es un campo donde crece la mentira; cultivado por gente con  un estómago muy grande y un corazón muy pequeño.



          Los hombres y mujeres de nuestro pueblo se encuentran entre los mejores del mundo, destacando en todos los terrenos: cultural, artístico, deportivo, bélico... Si es así, y así es, ¿por qué tenemos los peores políticos?: cogieron un pueblo saneado, y lo han hipotecado con una deuda que imposibilita el desarrollo y, en consecuencia, el bienestar de las futuras generaciones; cogieron un pueblo en el que se pagaban muy pocos impuestos, y ahora las cargas aplastan a los contribuyentes (los que trabajan); cogieron un pueblo en el que la gente, la gente de bien, podía pasear, en plena noche, por su ciudad, sin temor de ser asaltada o asesinada, hoy está con miedo, en su propia casa, las veinticuatro horas del día; cogieron un pueblo en el que se amparaba a las víctimas, hoy se ampara a los delincuentes; cogieron un pueblo reconciliado, un pueblo unido en el deseo de un futuro de justicia, de libertad, de paz y de prosperidad, y lo han divido, desenterrando el odio y las ansias de venganza desde los más bajos sentimientos; cogieron un pueblo grande y libre, y lo han llevado a una situación en la que se cuestiona su Unidad su Grandeza y su Libertad... Verdaderamente, tenemos los peores políticos o, dado que vivimos en “democracia”, debería decir: somos los peores votantes. En cualquier caso, creo que la situación obliga a una profunda reflexión...; si no lo hacemos, que Dios nos lo demande y las futuras generaciones nos perdonen.
  
Las flores más hermosas de tu vida
(libertad, entusiasmo, nobleza, dignidad...)
brotan en tu jardín,
sólo tú te las puedes regalar.



                                                                                             M. Camacho

2 comentarios:

navarro2001@hotmail.com dijo...

Reflejo de la realidad en unos lugares y próximamente, se irá extendiendo, está triste realidad, a todas las autonomías. Los responsables, de tanto desmán, somos los ciudadanos, que votamos.

Anónimo dijo...

Interesante y acertada reflexión. Muy bien . Soy Julia