<<... La
felicidad es una fuente de salud.
Sabemos que los estados emocionales y la salud están
relacionados. Esta relación está controlada por el sistema límbico, también
llamado cerebro medio o emocional, que está situado inmediatamente debajo de la
corteza cerebral y comprende centros importantes como el tálamo, el hipotálamo,
el hipocampo y la amígdala cerebral. En el ser humano, estos son los centros de
la afectividad y actúan: sobre los sistemas nerviosos automáticos o
vegetativos, con el sistema nervioso simpático y sistema nervioso parasimpático
como brazos o ramas de los mismos; sobre el sistema cardiovascular; sobre el
sistema linfático... Estos centros de la afectividad tienen una importante
influencia en la salud del cuerpo; que se corresponde con lo siguiente:
A)
Cuando una persona es presa de un miedo
sostenido en el tiempo, de la ira, del resentimiento, del egoísmo, de la
amargura, del desaliento, de la desesperanza, del desamor...; de la
infelicidad:
-
Se elevan en el cerebro los niveles de dos
neurotransmisores, el glutamato y el cortisol. Al subir el nivel de estos
neurotransmisores, se produce la muerte de neuronas; sobre todo de neuronas situadas en los hipocampos,
centros particularmente involucrados en el control de los fenómenos de la
memoria; especialmente de la memoria a largo plazo.
-
Se producen cambios en el sistema
cardiovascular; que consisten en el aumento de la tensión arterial, del
colesterol y de los triglicéridos.
-
Se descompensa los niveles de glóbulos
rojos, de glóbulos blancos y de plaquetas así como el normal procedimiento de
destrucción de glóbulos viejos en el bazo.
-
El cuerpo entra en el ritmo “beta” (beta (b): 15
a 25 c/seg.; beta alto (b+): 25 a 50 c/seg.), perjudicial para la
salud del cuerpo; estado de angustia, de inseguridad, de ineficacia....
B)
Cuando la persona adopta una actitud mental
positiva ante los acontecimientos desfavorables de la vida; cuando se encuentra
en estado de confianza, de paz interior, de indulgencia, de generosidad, de
alegría, de entusiasmo, de amor...; de felicidad:
-
Se eleva en el cerebro el nivel de un
neurotransmisor radicalmente opuesto al glutamato y al cortisol, la dopamina
límbica. Este neurotransmisor se libera en el hipotálamo, que está en uno de
los circuitos más importantes de recompensa del cerebro, y hace que sintamos
gratitud, plenitud...; placer; además de ser una hormona clave en la confianza.
-
Se regula el tono cardiaco, protegiéndonos
frente a la hipertensión, y se reduce el colesterol y las grasas.
-
Se favorece la producción de linfocitos;
que actúan frente a las bacterias, virus y tumores; así como la
destrucción de glóbulos viejos,
operación que tiene lugar en el bazo (centro linfoide importantísimo).
-
El cuerpo entra en el ritmo alfa (alfa (a): 8 a
14 c/seg.), sumamente favorable para la salud del mismo; estado en el que se
favorece la producción de sustancias reparadoras y de placer en el cerebro, y
que está muy ligado a la creatividad. Es también el estado o condición de
trabajo del subconsciente; que corresponde a la mente poderosa, creadora,
profunda, automática...
Naturalmente, en la
salud o enfermedad de un ser humano intervienen múltiples factores, por lo que
la persona más positiva del mundo puede sucumbir ante una enfermedad agresiva.
Pero no hay duda que una actitud mental positiva previene contra las dolencias;
puede, en muchos casos, ser la mejor terapia para la recuperación de la salud;
y contribuye siempre, de manera muy notable, en el tratamiento contra la
enfermedad.
Un buen ingrediente para el elixir de la felicidad consiste en vivir sanamente y con plenitud cada instante de la vida...>>
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