martes, 8 de abril de 2014

TIEMPO PARA LA REFLEXIÓN


     Queridos amigos: “El mundo es una lágrima de amor”. Para poder apreciar la belleza del mundo, debemos alumbrar el camino por el que transitamos con la luz del alma porque allí, donde falta la luz, aparece la oscuridad. Ayudarte a conseguirlo, es el objetivo de este “blog”; en el que hoy, con el poema Ramas del mismo árbol, de la primera entrada, cierro un primer ciclo y abro un tiempo de silencio para la reflexión.

Un abrazo muy fuerte,
Manuel Camacho.



lunes, 7 de abril de 2014

POR FLAMENCO I V




domingo, 6 de abril de 2014

POR FLAMENCO I I I




sábado, 5 de abril de 2014

POR FLAMENCO I I




viernes, 4 de abril de 2014

POR FLAMENCO I




jueves, 3 de abril de 2014

MUERTE DE UN JAZMÍN

[1]

¡Silencio, callad todos!
El poeta camina, está despierto;
que nadie le distraiga.

Escuchad:
cómo canta, sin pausa, a la esperanza;
cómo elogia el amor en primavera;
qué bien suenan sus versos de humildad;
cómo llena de aroma el infinito;
cómo canta, sin sombra, a la pureza;
cómo canta a la vida, cómo canta...

A mitad del camino, le sorprendió la noche.

Observad:
cómo llora, sin llanto, por la luz;
cómo caen a tierra sus lágrimas marchitas;
qué vacío se queda el infinito;
cómo apaga su canto a la esperanza;
cómo llora su encuentro con la Luna;
cómo llora a la muerte, cómo llora...

¡Silencio, callad todos!
El poeta ha dejado de cantar.
El poeta ha dejado de llorar.
El poeta descansa, se ha dormido;
que nadie le despierte.

                   MANUEL CAMACHO
  

[1] No se puede ser un buen poeta sin escuchar y amar a las plantas; ellas guardan la sabiduría del tiempo y escriben los más hermosos poemas, las flores: "Mirando a una flor, me enamoré de la vida".

miércoles, 2 de abril de 2014

ROSAS DEL MISMO JARDÍN


Su Sol
es mi Sol,
su Luna
es mi Luna,
su mundo
es mi mundo...;
¡somos hermanos!




martes, 1 de abril de 2014

CADA NOCHE


Cada noche me besan los romeros,
cada noche,
y sus besos encienden mis recuerdos,
cada noche;
cada noche traspaso el horizonte,
cada noche,
y me adentro en el mundo de los sueños,
cada noche;
cada noche se acorta la distancias,
cada noche,
y mis labios se pegan a tus labios,
cada noche;
cada noche se duermen los relojes,
cada noche,
y las horas se cuentan por suspiros,
cada noche;
cada noche te tengo sin tenerte,
cada noche,
y, al tenerte, me muero de gozarte,
cada noche;
cada noche
de mi vida;
cada noche,
cada noche...

        MANUEL CAMACHO