PÓRTICO
Señor, perdona a este pobre instrumento de barro;
desafinado por el Pecado y quebrado por la vanidad y la ignorancia; sus notas,
Señor, son torpes ruidos; pero, si Tú lo tocas, sonará a música celestial.
Querido lector:
No esperes
levantarte sereno por la mañana, abrir la puerta de tu casa, y encontrar en el
umbral de la puerta aquello que tanto ansías; más bien puede sucederte lo contrario:
que te levantes aturdido, narcotizado, y encuentres que tu casa ha sido
desvalijada mientras dormías.
Las
flores más hermosas de tu vida
brotan
en tu jardín,
sólo
tú te las puedes regalar.
En los poemas que componen este libro encontrarás
luces y sombras: luces que iluminan el
camino de la gloria y sombras que lo ocultan. Olerás la fragancia de plantas
que encierran misterios inherentes a la propia vida: la sabiduría, el amor, la
libertad, la esperanza, la muerte; la virtud. Han nacido con el ánimo de
despertar a las almas nobles para que tomen conciencia de su destino y
contribuyan en la consecución de un mundo mejor. Esto no resulta fácil en medio
de un carnaval donde nada es lo que parece y donde las sombras fabrican los
disfraces; donde las esencias más puras se degradan entre efluvios de alcohol,
de humo y de plástico... Se requiere valor y espíritu de sacrificio sin
límites, heroísmo; pero, es tan alta la recompensa que merece la pena
intentarlo.
Dios pone muchas dificultades en el camino de la gente
virtuosa porque quiere que la estrella de éstos seres de luz brille en el cielo con todo su
esplendor.
MANUEL CAMACHO
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