HABLA II
No
me inquieta tanto
el
aullido de los lobos,
como
el silencio de los corderos.
Si tus palabras
alumbran el camino;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
le cantan a la vida;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
despiertan la conciencia;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
reclaman la justicia;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
encuentran al perdido;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
espantan los temores;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
animan a la lucha;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
defienden la verdad;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
derrotan la mentira;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
levantan al caído;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
ayudan a crecer;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
alivian el dolor;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
son notas de armonía;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
dibujan la sonrisa;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
son fábricas de sueños;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
elevan los sentidos;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
encienden la esperanza;
no las silencies, ¡habla!
Si tus palabras
mejoran el silencio;
no las silencies, ¡habla!
Habla, habla, habla…;
hasta que muera el miedo;
hasta que calle el viento;
hasta que llegue el alba…
M. Camacho