lunes, 4 de diciembre de 2017

AMOR ENCADENADO



domingo, 3 de diciembre de 2017

HOY SÉ... (SOBRE LA VIRTUD)





HOY SÉ... (SOBRE LA VIRTUD)


Ave Fénix, ave fabulosa, revélame tus secretos para que tenga el valor de incinerar mis miserias y la virtud de renacer a la Vida.

Hoy sé que no hay que esperar a estar muerto para ser virtuoso.
Hoy sé que las virtudes son los colores del alma.
Hoy sé que en las cosas sencillas, abunda la virtud.
Hoy sé que la sencillez  y la naturalidad son virtudes que brillan con luz propia.
Hoy sé que la familia es un terreno abonado para el cultivo de las virtudes humanas.
Hoy sé que, cuando medie el dinero, hay que poner  a trabajar todas las virtudes.
Hoy sé que donde reina la miseria, no habita la virtud.
Hoy sé que el aire de los aplausos a una virtud llena el camino de pétalos de rosa; el de los aplausos a un vicio, lo llena de brozas.
Hoy sé que valor se escribe con “v” de virtud (integridad de ánimo y bondad de vida).
Hoy sé que Dios pone muchas dificultades en el camino de la gente virtuosa porque quiere que la estrella de estos seres de luz brille en el cielo con todo su esplendor.
Hoy sé que el hombre virtuoso no se lamenta de las contrariedades;  intenta sacar de todas ellas una enseñanza.
Hoy sé que es de virtuoso encontrar motivos nobles en todas las cosas.
Hoy sé que los defectos se convierten en grandes virtudes cuando luchamos por corregirlos.
Hoy sé que la grandeza no está en la virtud, sino en la lucha por conseguirla.
Hoy sé que el sentido de la responsabilidad y el espíritu de lucha son dos virtudes que causan admiración.
Hoy sé que es bueno tener presente la siguiente máxima: “No te enamores de una cara bonita; enamórate de un ser virtuoso”. 
Hoy sé que: “Querer querer, en virtud de virtudes, es la fuente del verdadero amor. Beber en ella, cada día; un don de Dios”.
Hoy sé que saber encontrar la belleza que hay en cada cuerpo, es una gran virtud.
Hoy sé que una de las virtudes más importantes, en esta vida, es aquella que te lleva a encontrar placer en lo cotidiano.
Hoy sé que los vicios y las virtudes son contagiosos.
Hoy sé que la hermosura seduce; la virtud rinde.
Hoy sé que la virtud es una conquista; el vicio una rendición.
Hoy sé que la virtud empuja; el vicio arrastra.
Hoy sé que cuando se pierde la virtud: cae la noche; los relojes se paran…
Hoy sé que, cuando cae la noche, hay que encender el faro de la virtud.
Hoy sé que la nobleza es una virtud que sólo crece en el campo del espíritu.
Hoy sé que las virtudes que no se practican son flores marchitas.
Hoy sé que se pueden heredar bienes, pero no virtudes: la virtud es el desarrollo óptimo y personal de un bien.
Hoy sé que el orgullo, si se siente, debe nacer de causas nobles y virtuosas.
Hoy sé que la humildad hace que las demás virtudes brillen con todo su esplendor.
                                                                   M. Camacho

sábado, 2 de diciembre de 2017

viernes, 1 de diciembre de 2017

VALOR


Señor, dame fuerzas para luchar; valor para morir, si fuese preciso, en la lucha; y juicio parar luchar y morir por la Verdad.

jueves, 30 de noviembre de 2017

martes, 28 de noviembre de 2017

NO AL ABORTO (LOS TRES SUPUESTOS)


La vida surge en el instante mismo de la concepción; de modo semejante a como surge el fuego en un mechero cuando la chispa prende en la mecha o enciende el gas. 


sábado, 25 de noviembre de 2017

CREATIVIDAD



COMO AGUA EN EL DESIERTO



viernes, 24 de noviembre de 2017

HOY SÉ... (SOBRE LA SONRISA)





HOY SÉ... (SOBRE LA SONRISA)

Mi regalo, un deseo: que brote en tu rostro la flor de la sonrisa.


Hoy sé que es bueno comenzar el día con una sonrisa, y acabarlo con una carcajada.

Hoy sé que la sonrisa es una llave mágica que abre la puerta de los corazones.

Hoy sé que no hay corazón que se resista al encanto de una dulce sonrisa.

Hoy sé que la magia de una sonrisa encandila el mundo.

Hoy sé que la sonrisa es un arma muy poderosa en las cruzadas del amor.

Hoy sé que para conquistar un corazón, hay que armarse de sonrisas.

Hoy sé que una dulce sonrisa, una tierna mirada o un expresivo silencio; pueden ser, muchas veces,  tu mejor respuesta.

Hoy sé que no hay mayor sabiduría que la de aquellas personas que sacan alegría del pozo de las tristezas; que encuentran ilusiones en el barranco de los desengaños; que no pierden la sonrisa en el valle de las lágrimas; que se llenan de entusiasmo en la fuente de los desalientos; que saben encontrar un oasis en el desierto...

Hoy sé que debo buscar sonrisas en mi espejo.

Hoy sé que hay que arrancarle  una sonrisa al corazón, y sembrarla en el alma.

Hoy sé que debo reflexionar sobre la siguiente sentencia: “Nunca te he visto sonreír, y eso entristece mi alma; nunca te he sentido llorar, y eso me rompe el corazón”.

Hoy sé que debo soplar mi sonrisa y secar mi llanto.

Hoy sé que no se debe reprimir una sonrisa, ni ahogar un llanto.

Hoy sé que la risa es el mejor remedio contra la melancolía.

Hoy sé que la risa  es la música del alma.

Hoy sé que una leve sonrisa puede convertir los copos de nieve en flores de almendro.

Hoy sé que la sonrisa es hija de la caridad.

Hoy sé que si se pone una sonrisa en la cara de una mujer, de cualquier mujer, se convierte en una linda mariposa (flor viviente).

Hoy sé que las rosas son sonrisas del rosal.

Hoy sé que la sonrisa allana el camino.

Hoy sé que una sonrisa es una chispa de amor que puede cambiar la faz del mundo.

Hoy sé que no hay que ser parco en las sonrisas: en el alma se encuentra un mar de alegría.

Hoy sé que sonrisa a sonrisa se ablanda un corazón duro.

Hoy sé que debo recordar la siguiente máxima: “Cuando te sientas agredido por un ser querido, acuérdate de las cuerdas de una guitarra; y responde con una sonrisa”.

Hoy sé que debo compartir la risa y el llanto con mis semejantes para no perderme el sabor de la vida.

Hoy sé que cada sonrisa es una gota de amor del mar de la generosidad.

Hoy sé que cada sonrisa es un gesto de amor que endulza la vida.

Hoy sé que cada sonrisa es una jaculatoria de amor.
Hoy sé que cada sonrisa es un verso de amor escrito en el rostro.

Hoy sé que el alegre susurro de su sonrisa acariciaba el alma.

Hoy sé que debo buscar un pretexto para sonreír; y si no lo encuentro, inventarlo.

Hoy sé que debo colmar mi vida de sonrisas.

Hoy sé que hay que intentar despedirse siempre con una sonrisa.

                                             M. Camacho