CENA BENÉFICA-PREMIOS (ENERO 2023)
INVITADO DE HONOR: MANUEL CAMACHO
El arte es un encuentro con la belleza, la belleza es la flor del árbol del amor; Dios es Amor: El arte es un encuentro con Dios.
Buenas noches, queridos amigos; con esencias de acantos y de madreselvas, que representan las artes y el amor fraternal, respectivamente.
Esta Cena Benéfica (enero 2023); organizada por la Asociación de Artistas, Creadores y Escritores en Defensa de los Derechos Humanos; al igual que las anteriores, tiene una doble finalidad: el merecido reconocimiento de unas personas que se distinguen por su bondad o mérito, es decir, de unas personas excelentes; y el de contribuir, de modo humilde, pero con extraordinaria e inaccesible elevación, a una causa benéfica con la recaudación que se obtiene en la rifa de unos objetos donados por unas almas elevadas. Me siento muy honrado con haber sido invitado a este sublime acto; es, por todo ello, por lo que quiero mostrar mi profunda gratitud al presidente de la Asociación, Don Mario Jimeno, y a su vicepresidenta, que es el alma de la misma, Doña María Manuela (Mayla) de Barbeito;
Así mismo, quiero felicitar, cordialmente, a los galardonados esta noche: Don Conrado Giménez, presidente y fundador de la Fundación Madrina, premio “Valor Humano; a Doña Marisa Rivera, artista plástica, que engalana la sala en la que nos encontramos con sus magníficas obras, premio “Monet”; a Doña Kelly Gabriel, escritora, premio “Cultura Internacional” y a Don Carlos Alfredo Ledesma, artista polifacético y escritor, premio “Hemingway”. Y, en general, a todos los presentes, visibles e invisibles; pues:
No sólo es artista el que crea obras de arte, sino todo aquel que lo vive.
Dado que esta noche, a modo de oasis en el desierto de la indiferencia, la vida nos ofrece una velada maravillosa, con la fragancia de unas personas que se destacan por su bondad o mérito (excelentes) y la oportunidad de poder contribuir a una buena causa; respiremos con hondura, seamos generosos, y disfrutemos del momento.
Y ya para terminar mi intervención, una reflexión:
La pandemia que hemos vivido, y que seguiremos viviendo, pues, vino para quedarse, ha desnudado a los hombres; las cosas no son como parecían: el mundo en que vivimos (así lo pienso) es el espacio donde habitan los ángeles rebeldes; capitaneados por Lucifer que, con el poder de infundir el miedo a la muerte y al desaliento, le resulta fácil el dominio de los hombres; convirtiéndolos en muertos vivientes: “El miedo a la muerte no deja vivir, ¡mata!”; y “El desaliento priva al hombre del deseo y de la capacidad de liberarse de la muerte, ¡de redimirse!”.
Me consuela pensar que mientras exista un pálpito de amor, la Puerta del Cielo permanecerá abierta; a traspasar el umbral, puede ayudarnos el siguiente poema, titulado “El cielo como destino”; dice así:
Siembra en tu mente la verdad,
y riégala con agua del río del amor;
afina tu garganta
para que el tono de tu voz
sea cálido y tierno;
procura que tus labios
solamente pronuncien
palabras cristalinas,
y ruega a Dios
para que no se empañen;
cuida que todo lo que digas
sea agradable y positivo,
sin aristas cortantes ni rebabas
que hieran la piel de tus hermanos.
De ese modo,
tus palabras serán imágenes de Dios
y tu destino, el cielo.
Volad, amigos, volad: el amor pone alas.
¡Muchas gracias!
M. Camacho