martes, 26 de octubre de 2021

CANTO A MADRID

 


Mis queridos poetas:
buenas tardes
con aroma de acacias,
que representan la amistad.


Hoy quiero recitar
un hermoso poema
de amor,
un poema de amor
que enamore a todos
aquellos que lo escuchen.


Hoy le quiero cantar
a una ciudad maravillosa;
en sus museos
los relojes se paran,
en sus sales de cines, y teatros,
vuela la fantasía,
en sus jardines
tiembla la primavera,
en sus parques
travesean los duendes,
en sus calles y plazas
nunca falta la gente.


Hoy le quiero cantar
a una ciudad de ensueño
donde el sol no se oculta:
los días tienen veinticuatro horas
y las noches son tiempos
para soñar despiertos.


Hoy le quiero cantar
a una prodigiosa ciudad,
un espacio encantado;
lugar de encuentro,
donde confluyen
todas las magias
y cobran vida
todos los sueños.


Hoy le quiero cantar
a una excelsa ciudad,
acogedora y mágica;
donde nadie se siente extraño,
donde lo grande
se hace pequeño
para que puedas abrazarlo.


Hoy le quiero cantar
a una estrella que brilla,
con todo su esplendor,
en el cielo de España;
hoy le quiero cantar
al Lucero del Alba.


Hoy le quiero cantar
a una bella ciudad para vivir
y morir.


Hoy le quiero cantar,
hoy le quiero cantar...;
a Madrid.


               M. CAMACHO


sábado, 2 de octubre de 2021

HOMENAJE A LOS POETAS MUERTOS

 


 

HOMENAJE A LOS

POETAS MUERTOS

 

 

Los poetas no mueren,

se van al cielo

para alumbrar las noches

sin luna...

 

Buenas noches, queridos

amigos;

con aroma de rosas

silvestres, de eglantinas,

que representan  a la poesía.

Es hermoso

que los poetas vivos
le rinda homenaje

a los poetas muertos,

a los poetas que,

desde el cielo, iluminan

senderos de belleza.

Pero no es suficiente,

no basta con los homenajes:

el mundo se muere,

la fealdad del hombre

lo está matando;

y esto, ya nada lo remedia,

salvo la poesía.

Poeta de aire y fuego;

coge la antorcha, el hacha

de los poetas muertos,

y canta:

¡Canta, poeta, canta!;

hasta que el fuego de tu poesía

incinere el Planeta,

y un hombre hermoso y bello

renazca

de las cenizas.

¡Canta, poeta, canta!;

hasta morir de versos,

morir de versos es vivir

eternamente.

 

            M. Camacho